Tierras rojas
Canetenovela
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Creo que puedo decir que con la lectura de Tierras rojas de Joe Abercrombie he llegado al final de toda su bibliografía en castellano (me falta Filos mortales que incluye cuatro nouvelles, pero no estoy muy convencido). Leí incluso la trilogía del mar quebrado que no me gustó mucho la verdad y eso hizo que me olvidara de este autor.Aunque no lo he leído en orden he disfrutado de todas estas novelas y, no estoy seguro del todo del por qué, pero me encanta haber acabado con esta. Con ese sabor a western crepuscular que lo impregna todo, esa tristeza y crueldad asombrosamente adictivas y esa caterva de personajes a veces admirables a veces despreciables, pero siempre fascinantes, llego al final de lo que es una experiencia lectora maravillosa con este autor.
Un autor imprescindible que ha sabido reinventarse para esta novela y sin cambiar el estilo, explorar como un colono los territorios del oeste norteamericano o su trasunto en esta novela: las tierras rojas.

A destacar
- Novela de personajes
- Fantasía oscura
- Western crepuscular
Y es que se nota el gusto de Abercrombie por las películas del oeste y concretamente con las crepusculares, cuando el género empezaba a decaer y se tuvo que reinventar. Ha encontrado una manera perfecta de amalgamar la fantasía oscura a la que nos tiene acostumbrados y los rasgos más característicos de un género emblemático.
Me ha recordado muchísimo, por un lado, a Centauros del desierto de John Ford y ese viaje durante años del personaje de John Wayne buscando a su sobrina secuestrado por un grupo de indios. Aquí no son los indios los que secuestran a una sobrina, pero sí un grupo de despreciables forajidos que secuestran de la granja familiar a los hermanos de Sky Sur, una de las protagonistas, e hijos de Lamb, padre putativo y norteño viejo y cobarde. Así emprenderán un viaje por el que recorrerán los paisajes más significativos del oeste: los viajes en caravana, el pueblo cochambroso y con diferente facciones en guerra que pugnan por lucrarse en un escenario de fiebre del oro y pasando por los fantasmas aka los indios de ese universo abercrombiano.
La siguiente película a la que me recuerda muchísimo es a Sin perdón. No en vano la novela está dedicada a Clint Eastwood. La vuelta del antihéroe, del bicho malo convertido en granjero apacible y honrado. Una promesa hará que vuelva a ser lo que fue en el pasado si es que alguna vez dejó de serlo.
De nuevo nos encontramos en Abercrombie personajes profundos, autónomos, contradictorios y muy atrayentes. Tanto los nuevos que veremos crecer a lo largo de la novela, como otros viejos conocidos que es un placer reencontrar y ver qué es lo que les ha sucedido, cómo han llegado hasta, cómo son ahora. Es un auténtico placer para el lector de estas novelas reconocerlos y es un valor añadido, una perlita que nos regala Abercrombie.
Finalmente diré que a pesar de estar acostumbrado a la violencia que describe Abercrombie en todos sus libros, a lo cafre de las acciones de sus protagonistas y a la sangre, la extenuación y la crueldad a que expone al lector, este Tierras rojas se lleva la palma. Es completamente frenético y, en algunos momentos aberrante. Diré más, me recuerda en algún momento a Max Max…
Un auténtica maravilla…
Sobre el autor
Nacido en Lancaster en 1974, Joe Abercrombie, Lord Grimdark, se graduó en psicología en la Universidad de Manchester. Antes de dedicarse enteramente a escribir, trabajó para una compañía de postproducción televisiva. En la actualidad vive con su familia en Bath. Es autor de la trilogía de «La Primera Ley»: «La voz de las espadas», «Antes de que los cuelguen» y «El último argumento de los reyes». A este mismo universo pertenecen tres novelas independientes -«La mejor venganza», «Los Héroes» y «Tierras Rojas»- y la trilogía «La Era de la locura» -«Un poco de odio», «El problema de la paz» y el presente volumen-. Asimismo, es autor de la «Trilogía del Mar Quebrado» y de la antología de relatos «Filos mortales».
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System Failure
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No iba a escribir esto hasta el lunes, pero he pensado, qué coño…
Recibí ese mensaje el miércoles. Os voy a ahorrar todo el contexto anterior porque aunque explica cosas no añade nada destacable al objetivo que quiero con este post.
Por supuesto, me encantó recibirlo. Sobre todo porque es una de esas cosas que a un autor le da esperanzas. Pero me conozco el mercado y, por supuesto, me entró la desconfianza y empecé mis indagaciones.
La editorial tenía buena pinta. Pocos autores, solo uno español, el resto extranjeros. ¿Por qué es esto una buena señal? Porque significa que pagan, no que es un negocio a costa de incautos con ínfulas. Pagan derechos a los autores extranjeros, invierten en traducir. Aunque los autores no me sonaban, los busqué en goodreads y tenían muy alta puntuación y buenas reseñas, las que pude leer por estar en una lengua comprensible por mí. Después miré su distribución, quiénes se encargaban de meter sus libros en las librerías y tenían toda la península cubierta. La tercera cosa que miré fue su proyecto editorial, ¿tienen detrás un tema?¿tienen un criterio?¿me gusta? Sí, sí y sí. Es una editorial chiquitita así que podríamos crecer juntos.
Tras ese mensaje emplacé al singingmorning aka editor a hablar esa misma tarde a las 17:30. No me hizo el menor caso, cosa que me mosqueó, claro. Yo tampoco comenté nada con nadie, cosa extraña en mí y mi entusiasmo. Ni a Anaia se lo dije.
Al día siguiente cuando al singingmorning le rotó, me llamó. Eso me dio algo de confianza porque pensé que la cosa podía ir en serio y que no sería otro bufo como son todas estas cosas. No pudimos hablar porque yo estaba currando y me pillaba en mal momento, que por eso le había dicho yo cuándo podíamos. Pero a él esas cosas le daban igual, solo me tuvo esperando un día y medio para que me cociera en mi caldo de esperanza. Pero uno es perro viejo y si se cuece es en whisky y cerveza…. Emplazamos la llamada real para el siguiente día.
Ahí, con cierta confianza, ya sí que comuniqué a mis allegados la buena nueva de que había recibido interés por parte de una editorial con buena pinta. Les envíe el pantallazo que abre este post y les expliqué que estaba a la espera de saber cuál era esa propuesta. Entusiasmo on…

Vete pa tu casa singingmorning
Y entonces, llamó, Y entonces, hablamos. Bueno sobre todo él.
Empezó comiéndome la oreja sobre mi libro que, por supuesto, no se había leído. Imagino que es la estrategia que tiene con cualquiera que haya escrito un libro y quiera publicarlo. Que si está muy bien, que si tiene ritmo, que si los párrafos son diferentes (en serio? tú eres gilipollas?)… Por supuesto me gustó que dijera cosas bonitas de mi libro, incluso sabiendo que no lo había leído o, como dijo él, lo he leído en diagonal. Pero no deje que su saliva purulenta se quedara en mi oreja.
Continuó hablando de que llevan a los autores a ferias, que esperan que sus autores sean ese término que no me viene ahora a la cabeza y que es tan neoliberal, que sirve para que uno se ponga las pilas y haga algo por alguien que no le va a repercutir ningún beneficio para él y todo en el mundo laboral… ah sí, proactivo. La traducción de todo esto es: tú te vendes, nosotros no haremos nada.
A mí ya me estaba cansando su discurso singingmorning (sobre todo porque me conozco el percal), así que le dije como para que fuera al grano: llevo 15 años en el sector… Y él contestó, lo sé y yo pensé, se habrá leído la bio que envié porque si se hubiese leído la novela no me estaría intentando comer la oreja. En fin, que conseguí que me hablase de lo que él llamó «preventa». De esto, de lo que significa realmente, he hablado en mis vídeos. Es una herramienta que las grandes editoriales utilizan para ajustar su tirada y minimizar riesgos. Su red comercial presenta sus libros a los libreros con tiempo suficiente y según si su respuesta es más o menos favorable, ajustan su tirada y así la tienen toda colocada en librerías nada más salir de imprenta. Pero el singingmorning se refería a otra cosa…
Me habló de otros sellos editoriales que no tenían nada que ver con el sello real que yo había visto y que me dio buena espina. Me habló de otro paralelo que yo ya conocía por Instagram y que sabía que era un bufo guapo. Y me dijo, aplicaremos la preventa a tu libro. Él con preventa se refería a crowfunding, es decir, te toca comerles la oreja a tus conocidos para conseguir que reserven tu libro antes de que esté hecho y lo paguen. Si conseguimos (hablaba en plural el tipo, como si ellos fueran a hacer algo) llegar a 50 o 60 ejemplares tiramos para adelante la edición. Yo ahí, le frené y le dije: qué me estas container, my friend, tú de verdad te crees que le estás hablando a heidi? que me vas a robar el caramelo en la puerta del cole? Y él contestó, es que los autores se creen que con esto ya sacamos dinero y en realidad es solo para asegurar la edición. Y yo, le di la razón de los tontos. A ver, my friend, sé lo que cuesta una corrección, sé lo que cuesta una maquetación y un diseño, ¿estás seguro de que no sé que te sacas lo menos 300 eur. de cada autor esperanzado a quien le vendes la moto? (dinero que desvía al sello principal que es su abanderado y por el que quiere que lo conozcan). Y luego, claro, lo que venda de esos primeros 200 ejemplares… ahí tiene otro pico que al autor le paga un 9%
Rebajé el tono de indignación y le empecé a hablar de ese sello. Que si que bonito el diseño, que si que guay que tal libro lo colocases en una cuña de la Sexta… Y eso le soltó la lengua y me contó sus planes de edición para ese sello. Como se nota que los otros sellos son tu vivero hijodeputaquejuegasconlasesperanzasdepardilloscomoyo…
Quedamos en que me enviaría el contrato para ver qué. Pero mi intención era investigar esos sellos paralelos. Cosa que hice.
189 autores y libros en el sello donde quería publicarme a mí en apenas 4 años de vida de editorial. Mal: eso significa que tiene una estructura pirata, que juega con los autores que quieren publicar y que se moverán para que al menos 50 o 60 de sus familiares y amigos le compren el libro. Ni una sola traducción, por supuesto, y si voy a cualquier librería que conozca ni un solo ejemplar a no ser que lo pida…
Leí el contrato. Muy bien. No es abusivo y es por 3 años, ok. Eso está muy bien. No estafa a nadie, no tienes que pagar nada y tendrás al menos ejemplares en papel. Eso está bien. Sin embargo, es casi peor que las «editoriales» de autopublicación (que tienen los santos güevos de llamar a lo que hacen coedición… si queréis saber lo que es la coedición en realidad tengo un vídeo en youtube que lo explica) porque al menos estas te hacen pagar y sabes que te han estafado. Sin embargo, con este singingmorining corres el riesgo de creer que no hay estafa y que tienes ejemplares. Que te leerán.
Puede que para un autor que lleva años intentando que le hagan caso esta modalidad sea producente, pero no para mí, que ya tengo un bagaje, que ya tengo un público que sé que me comprará la nueva novela y que tengo un canal con unos cuantos suscriptores que me harán caso. En mi situación, acceder a lo que me proponía el singingmorning significaría regalarle todo el trabajo que he hecho los últimos años para sacarme un 9% del PVP del libro. Y eso, claro, me indigna. Me jode que tenga una editorial con cara y ojos que sirva de cebo para incautos, porque el sello principal tiene muy buena pinta, es muy chulo y cualquiera querría estar allí. (De hecho, creo que el autor nacional que tiene allí, lo tiene para no quedar mal y dar esperanzas a pardillos como yo: mira qué autores!! Tiene uno español!! Igual tiene espacio para mí… quiéreme quiéreme quiéreme)
Este tipo de engaño es más nocivo que el engaño real porque corres el riesgo de no saber que te han engañado. El problema además es que el singingmorning juega con la posibilidad de que publicando en la modalidad crowfunding, si tienes éxito, puedas saltar al otro sello, al bueno. Y eso, es muy tentador. Tanto como imposible.
Me cago en tu puta madre singingmorning por jugar con la esperanza de tantos autores, pero sobre todo, por tenerme 36 horas pensando que sí, que esto podría ser una posibilidad. Me he sentido tonto y si yo, que me vanaglorio de refrenar las expectativas, de poner el foco en escribir y no publicar, me he sentido así, no quiero pensar en todos los incautos como yo, sin el bagaje que yo tengo, que se han hecho ilusiones y solo han conseguido 200 ejemplares de su libro para repartir entre amigos y familia (eso yo ya lo he hecho y tengo mucho más público, por suerte) solo para que tú puedas llevar a cabo tu proyecto editorial. Para que puedas financiarlo con el dinero de tanta gente que paga porque quiere a la persona que ha escrito eso, no por lo que ha escrito. Eres un hijo de la gran puta…
Y yo me apeo y respiro aliviado por no haber caído en esta puta mierda… Yo trabajo para mí y no te pienso regalar mi sudor, mi sangre y mis lágrimas. Ya me está costando suficiente resistirlo todo para seguir tirando y estar feliz con la vida que me he montado para permitir que tu vengas a aprovecharte de mi esperanza. Hijo de la Gran Puta….
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Tengo miedo torero
Canetenovela
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La Loca del frente sobrevive en el Santiago de Chile de los años 80 como puede. Se dedica a bordar para las casas pudientes y a soñar que ese jovencito del que ha quedado prendada, Carlos, le podrá hacer un hueco algún día en su corazón como ella le ha regalado el suyo. Mientras tanto le permitirá, a él y a sus amigos, reunirse en su casa para sus charlas universitarias o utilizarla para almacenar sus papeles.Pero la Loca del frente no es tonta y sabe que algo se llevan entre manos. Algo que puede ser muy peligroso pero que hará que vaya tomando conciencia del lugar al que la han condenado, de lo injusta de la sociedad en la que vive y de que no tiene por qué aceptar el lugar que le reservan.

A destacar
- Novela LGTBIQ+
- Lenguaje
- Basado en un hecho histórico
- Amor no correspondido
Sobre el autor
Pedro Segundo Nieto Mardones Lemebel (Santiago de Chile, 21 de noviembre de 1952–Ib., 23 de enero de 2015)123 fue un escritor, cronista y activista LGBT chileno.4
Su obra escrita llamada kito aborda los temas de la marginalidad chilena utilizando para ello algunas referencias autobiográficas. Referente de la literatura homosexual y contestataria, su estilo irreverente se ha dado a conocer por toda Hispanoamérica,5 siendo uno de los escritores chilenos con mayor proyección internacional.6 Su obra ha sido traducida a varios idiomas, tales como el francés, el italiano y el inglés.6
Como artista de performances y como escritor, su trabajo se caracterizó por el uso de la provocación y el resentimiento como herramientas para la denuncia política y social.78
Lemebel fue cronista de Página Abierta, La Nación, de las revistas de izquierda Punto Final (desde 1998) y The Clinic. También condujo programas radiales, dirigió talleres de crónicas y dio conferencias en diversas universidades, como la Universidad de Harvard y la Universidad Stanford.6
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Ebook
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No suelo leer en ebook. No tengo lector ni he tenido nunca. Los únicos libros en ebook que leí fueron El Club Dumas de Pérez-Reverte y Grandes esperanzas de Dickens. Y eso solo porque durante un viaje largo, me dejaron el lector una vez se me acabaron los libros en papel.
No tengo nada en contra de los ebooks. Al contrario, me parece genial cuantos más formatos existan para que la lectura se acomode a los diferentes gustos de la gente. estoy completamente a favor de la diversidad y nunca he considerado, ni siquiera cuando el ebook irrumpió en el panorama y los más agoreros decían que aquello sería el fin del papel, que la diversidad fuera una amenaza. Más bien un nuevo camino que se abría en la difusión de la lectura.
Solo leo en pantalla cuando lo hago por trabajo y suele ser en la del ordenador si no puedo evitarlo. Si no, es desde el móvil, pero siempre el formato que me envían es el de PDF. Creo que nunca me han enviado un epub o un mobi.

Lector
Y aun así, teniendo en cuenta eso, hasta el envío del último manuscrito que está en manos de editoriales, siempre había enviado los anteriores en varios formatos: PDF y epub. ¿Por qué? Precisamente porque aunque yo no lea ebooks y cuando leo en pantalla por trabajo siempre ha sido en PDF, siempre pensé en que si no das la oportunidad, nadie la escoge porque no existe. Como lo de los carriles en bici en las ciudades, que cuando empezaban a construirlos la gente se quejaba porque nadie los usaba y en un par de meses aquello estaba atestado de ciclistas urbanos. Si no hay carril, solo irán por esas calles los más necesitados o más temerarios.
Por suerte, sé hacer ebooks. Lo aprendí en uno de los puestos que ocupé durante un año. No me interesaban lo más mínimo. Me parecía un negocio residual dentro del sector editorial y, aun así, necesario. Y porque siempre he sido curioso y he necesitado saber cómo funcionaban las cosas, me acabé interesando por las tripas de un ebook, el html y lo divertido que es hacerlos. De hecho hice un curso.
Y aprender, me sirvió para sacarme yo las castañas del fuego. Los ebooks disponibles en Amazon de mis novelas, los he hecho yo y me divertí haciéndolos.
Sin embargo, en este último envío a editoriales no preparé el ebook. No me apetecía ya que si volvían a rechazar el manuscrito, tendría que volver a preparar el ebook cuando le diese una última pasada al mauscrito antes de prepararlo yo para su publicación en Amazon. Y aunque es divertido, al final se hace un poco peñazo el proceso.
Sin embargo, un colega cuya opinión valoro mucho, me pidió leer el nuevo manuscrito, pero en ebook. Y yo, ni corto ni perezoso, me puse a prepararlo. Ahora ya lo he enviado a ese nuevo lector y, ahora ya tengo preparado el ebook.
Somos diversos y diversas son las cosas que hacemos.
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Tumbas sin nombre
Canetenovela
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Qué buenas son las historias de venganza cuando son buenas. Quizá me he dado cuenta este año porque con la tontería ya llevo un par de ellas y, aunque el esquema es férreo (hecho vengable/viaje de venganza, simplificando mucho), es igual de disfrutable. O, al menos, a mí no me cansa. El conde de Montecristo, Hamlet, Kill Bill, incluso Perdida (que es el que más se sale del esquema tradicional), pasando por John Wick en que lo que se venga es la muerte de un perro (duelo por la persona amada perdida) son de lo más disfrutable.Tumbas sin nombre es un ejemplo más en esta lista de venganzas bien escritas, sangrientas y tan satisfactorias en ese concepto justiciero de la retribución. Está claro que John Connolly es un maestro de la novela negra y ahora viene el por qué.

A destacar
- Novela negra
- Novela de venganza
Sobre el autor
John Connolly (Dublín, 31 de mayo de 1968) es un escritor irlandés conocido principalmente por sus novelas policíacas y, en especial, por la serie que protagoniza el detective Charlie Parker.
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Mañana y mañana y mañana
Canetenovela
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Sin tener mucha idea del argumento de Mañana y mañana y mañana de Gabrielle Zevine me dejé llevar por la recomendación de prescriptores a los que hago caso y no me decepcionó. Más bien, al contrario. Después vi que había recibido el premio al mejor libro de 2022 en Goodreads y eso reforzó la impresión que me dieron las primeras páginas.Esta es una novela de personajes que habla de muchísimos temas pivotando alrededor de la amistad de su trío protagonista, aunque sobre todo centrado en dos de ellos Sam Masur y Sadie Green, a través de los años y con el trasfondo de la creación de vídeojuegos en los 90.

A destacar
- Novela de personajes
- Videojuegos y creatividad
- Supervivencia
Sam lleva unos cuantos meses sin decir ni una palabra cuando se encuentra con Sadie en la sala de juegos del hospital al que esta ha ido a visitar a su hermana. Allí, Sam, que está intá ingresado mientras se recupera, le enseñará cómo conseguir que Mario llegue a lo alto de la bandera al final de una de las pantallas. Tiene apenas diez años y ese será el punto de partida de una relación de amistad que, con sus altibajos, con sus conflictos, con sus emociones contrapuestas durará años.
No quiero adentrarme en el argumento de esta novela porque es una delicia seguir los pasos de estos dos protagonistas y de Marx, el tercer en concordia o discordia, según evolucionen sus relaciones. A través de los videojuegos o, mejor dicho, de su desarrollo, el lector, podrá ver lo intrínsecamente ligados que están a sus propias vidas y cómo los procesos de creación de cualquier artefacto artístico tienen sus raíces sepultadas en la realidad, las relaciones, el escenario de la vida de sus creadores.
Si a esto le sumas la propia experiencia del lector con el mundo de los videojuegos, la experiencia será completamente inmersiva (quería utilizar este concepto porque además está muy relacionado con el mundo gamer). Es decir, esta novela trata de una época inicial de los vídeojuegos. Todavía recuerdo jugar al Maniac Mansion en casa de mis vecinos y al Day of the tentacle unos años después por mi cuenta, ¿qué decir de Monkey Island, las aventuras graficas de Indiana Jones o las bizarradas como Carmaggedon unos años más tarde?
Aquí tenemos un Ready Player One sin distopía con cierta nostalgia y con muchísima más profundidad en las relaciones entre sus protagonistas. Aqui tenemos una delicia de novela cuyas 500 páginas pasan en un suspiro entre una horquilla de emociones que abarca tanto la alegría y la ternura como la tristeza y la rabia que sienten sus protagonistas y que sientes tu leer sus vidas.
Una maravilla
Sobre el autor
(Perdonadme el inglés)
Zevin was born in New York City. Zevin’s father, who is American-born, has Ashkenazi Jewish, Russian, Lithuanian, and Polish ancestry.[1] Her mother was born in Korea and emigrated to the United States when she was 9 years old.[1] The two met in high school in Connecticut and later worked for IBM.[1]
She grew up in Boca Raton, Florida and graduated from Spanish River Community High School in 1996.[2] She enrolled at Harvard University, where she studied English[3] with a concentration in American Literature.[1] While at Harvard, she met her partner, Hans Canosa and graduated in 2000.[3][1]
For nearly a decade, Zevin lived in Manhattan before moving to Los Angeles in 2012,[1] where she presently lives with Canosa.[
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Grupo de apoyo para final girls
Canetenovela
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Tras una primera toma de contacto con Guía del club de lectura para matar vampiros en que Grady Hendrix le daba una vuelta de tuerca al género vampírico de una manera inteligente y arrebatándole todo el romanticismo a una figura que en los últimos años volvía a acumularlo, vuelvo a disfrutar con este Grupo de apoyo para final girls.No conocía el concepto de final girls hasta que me he topado con esta novela. Bueno, mejor dicho, no conocía el nombre que se le daba al concepto. Jamie Lee Curtis o Neve Campbell se cuentan entre las final girls que conozco. Es decir, aquellas que han sobrevivido a los monstruos que han atacado su mundo en los slashers. Esta novela plantea un mundo en que esas final girls son reales y no personajes de una película de terror. Han tenido que capear con el trauma que ha supuesto sobrevivir y de ahí que tantos años después de los diferentes incidentes a los que se han enfrentado, sigan quedando entre ellas en un grupo de apoyo que pueda ayudarlas. Ahora, alguien está acabando con ellas y la prota, con un estrés postraumático galopante y un síndrome del impostor un poco acentuado, tendrá que descubrir qué está pasando.

A destacar
- Terror
- Acción constante
- Sororidad y empoderamiento femenino
- Humor negro
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Un hombre en la oscuridad
Canetenovela
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Creo que voy a instaurar algo que llevo unos años haciendo con Stephen King: leer un libro al año de su extensa bibliografía. Pero, por supuesto, me refiero a hacerlo con la de Paul Auster. Me parece un autor capital dentro de mi acervo de autores necesarios.Creo que llevo ya más de diez de sus títulos leídos y si tuviera que hacer una lista de mejor a peor, Un hombre en la oscuridad no estaría entre los primeros. Por supuesto, tratándose de Auster no es un mal libro, pero está lejos de a lo que me tiene acostumbrado. Y ahora os diré por qué.

A destacar
- Paul Auster (este es un argumento en sí mismo)
- Novela de personajes
- Cómo lidiar con el trauma
Sobre el autor
Paul Benjamin Auster (Newark, Nueva Jersey; 3 de febrero de 1947) es un escritor, guionista y director de cine estadounidense. Sus textos han sido traducidos a más de cuarenta lenguas.1 Fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia en 1992 y recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006.
Su obra se destaca por contener absurdismo, existencialismo, literatura policíaca y la búsqueda de un significado y de una identidad personal.
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Reflexión
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No tenía ninguna intención. No tenía nada de esto previsto.
Habitualmente, cuando estoy enfrascado en una época en la que acabo de terminar de escribir algo, lo he editado, lo he enviado a editoriales (y estoy a la espera de una respuesta: como la reflexión de la luz sobre la superficie de un embalse), no tengo la cabeza para escribir o, como se diría en otros contextos, no tengo «er xoxo pa farolillo».
Es más, tampoco cuando recibo todos los rechazos de las editoriales y acabo decidiendo montármelo por mi cuenta (esto me recuerda a la canción de Ismael Serrano… «mejor solo, que mal acompañaaaaadoooo»), no me da la cabeza para ponerme a escribir. El proceso de convertir un word en un archivo como el que pide amazon para imprimir, convertirlo también en epub y publicarlo, me mantiene completamente sorbido el seso. Pero no acaba ahí la cosa, cuando publico mi libro, empieza el momento de difusión, el momento spam entre amigos, conocidos, familiares y redes. Ahí ya sí que se va todo. Que si graba un booktrailer, que si haz un vídeo hablando del libro, que si publica mil entradas en Ig y twitter… En fin, que no, que me es imposible ponerme a escribir de nuevo. No tengo más ideas que las enfocadas a la difusión y promoción del nuevo libro.

Chorro, chorrote
Por eso, en esta ocasión, me ha extrañado mucho lo que me ha sucedido. Es decir, he sentido la perentoria necesidad de ponerme a escribir de nuevo, cuando todo lo relacionado con el libro anterior permanece latente, en sus ritmos. Cuando todo lo que anteriormente, con otros libros, me prevenía de ponerme a escribir.
Esto me lo explico a través de diversos motivos. El pasado fin de semana aprovechamos que el lunes era festivo en Barcelona para acudir a un lugar que sentimentalmente ocupa un especio predominante en mi mundo emocional. Si a eso le sumas un par de cosas más (la amenaza de que un incendio hubiese acabado con mi lugar de culto preferido y que no haya sido así, por un lado, y la efemérides en que lo hemos visitado, por otro), no he podido evitar sentir la perentoria necesidad de ponerme escribir. Y más, teniendo en cuenta donde acaba el anterior libro y donde va a empezar este.
Para cada manuscrito que inicio me pongo, llamémoslo así, instrucciones. Sé que eso hace que resulten manuscritos diferentes. No sé cómo, pero así ha sido con cada uno de ellos. En este caso, he decidido hacer lo contrario que hice con el anterior. Aquí no contendré el número de palabras diarias como sí hice con el anterior. Aquí pienso dejar que salga como salga, desde el «regalim» menos fluido hasta el chorro más aplastante. Luego le daremos forma y veremos si el caudal da para navegar, para llegar al mar o para descubrir continentes desconocidos y nuevas tierras que explorar.
Supongo que tiene que ver, también, con la escasa fabulación que me exige lo que ahora escribo. Veremos adonde llegamos.
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Catedral
Canetenovela
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Catedral son un puñado de cuentos publicados por uno de los exponentes de lo que se dio en llamar Realismo sucio (yo solo he leído a Bukowski de este grupo y siempre me ha flipado) que se publicó en 1983 (lo menciono porque luego tendrá su importancia). Este exponente, quizá el mejor cuentista norteamericano de su generación, tuvo una vida breve e intensa, plagada de excesos que lo llevaron a morir con 50 años. Estoy hablando de Raymond Carver.Esta recopilación de cuentos es como la rodaja de limón que, tras la liturgia de llenarse el buche con un chupito de tequila y acompañarlo con un lengüetazo a un puñado de sal, adereza la mezcla con un contundente golpe que te puede dejar satisfactoriamente tambaleante.
Ahora os diré por qué...

A destacar
- Relatos
- Realismo sucio
- Lenguaje de boxeado: frases cortas como puñetazos breves, intercaladas con algún que otro upper cut a la mandíbula que te envía a la lona.
Estos relatos no tienen nada de extraordinario y eso es lo que les hace precisamente extraordinarios. Estamos acostumbrados a que los personajes de las novelas que leemos sobresalgan de alguna manera, ya sea por sus características, ya sea por lo que les sucede durante la narración. Pero los personajes de Carver en estos relatos no son así. Son el empleado que pierde su trabajo, la ama de casa que trabaja hasta el agotamiento, el vendedor que se da a la bebida cada noche tras una jornada de mierda o el matrimonio que pasa una mala racha. Estos personajes pueden ser tú, pueden ser yo, puede ser el tipo con el que te cruzas cada día de camino al trabajo. Y, por tanto lo que les sucede es algo que te puede suceder a ti.
Eso junto con una narración sosegada, sin barroquismos o un exceso de metáforas, los convierte en un conjunto de ficciones que rozan poderosas, precisamente porque se alejan tanto como pueden de la ficción y se acercan a nuestro día a día. Si le sumas a eso que todos y cada uno de ellos despiertan algún miedo soterrado en cada uno de nosotros, tienes una mezcla impactante que, a pesar de la ansiedad que pueda producir, la inquietud que pueda sentir el lector, te conviertes en un Oliver Twist que siempre quiere más o, mejor, dicho, que siempre pedirá más…
Pero volvamos a esa fecha que he mencionado en el encabezado. 1983. El año en que se publicó esta recopilación. Me fijo en un relato dentro de todos que se me ha quedado grabado: «Parece una tontería». Se trata de algo sencillo, una madre encarga un pastel para celebrar el décimo cumpleaños de su hijo. El día que tiene que ir a recogerlo, coincide con el día del cumpleaños del niño, pero desgraciadamente es atropellado por un coche cuando volvía a casa en bici del colegio y se ha golpeado la cabeza contra el bordillo. Aunque parece haber salido indemne, cuando llega a casa se desploma y es ingresado en el hospital. La madre olvida recoger el pastel ese día. Y es que parece una tontería.
Este relato, creo no equivocarme si afirmo que es el más potente de esta compilación, fue publicado originariamente en 1977 bajo el título «El baño» con una extensión reducida a la mitad. 10 años después de la muerte de Carver se destapó una polémica que involucraba entre otros a este cuento. Y esa polémica tiene que ver con que se descubrieron las injerencias que el editor de Carver había practicado sobre la obra de su autor: recortar frases, reducir extensión de los relatos, toquetear finales, etc. Se ve pues, que la versión de este cuento publicado en 1977, es decir, la que lleva por título «El baño» es la versión del editor y la que nos ha llegado en Catedral, la de 1983, es la de Carver. Esto, por supuesto, me hace desconfiar y me encantaría leerme esa versión anterior, reducida y manoseada por el editor. Por simple curiosidad, por simple comparación…
Dejando la polémica de lado, solo añadiré que ha sido un placer leerme este conjunto de cuentos. Y, no solo eso, sé que muchos de ellos, en algún detalle, en alguna escena, cuando ya haya olvidado sus títulos, se me quedará en la memoria…
Sobre el autor
Raymond Clevie Carver, Jr. (Clatskanie, 25 de mayo de 1938–Port Angeles, 2 de agosto de 1988) fue un cuentista y poeta estadounidense.1 Es considerado uno de los escritores más influyentes del siglo XX y de la literatura norteamericana.2
Su obra se caracteriza por relatos de corte minimalista, narrados con un estilo seco y simple, sin concesiones metafóricas,3 en su mayoría ambientados en la región noroeste de los Estados Unidos y protagonizados por personajes de clase trabajadora o media-baja.2 Carver fue uno de los mayores exponentes del movimiento literario conocido como realismo sucio.2
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