Matar al padre
Canetenovela
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Hacía tiempo que quería acercarme a alguno de los títulos de Amelie Nothomb. No me preguntéis por qué. Sentía curiosidad. Quizá porque hay un halo polémico en su figura, quizá porque no suelo leer a muchos autores que escriban en francés (aunque si echo la vista atrás puedo nombrar un buen puñado), quizá porque esperaba encontrarme una autoficción (es cierto que los autores que escriben en francés son maestros en este género).Con todos esos quizás, lo que me acabó decidiendo por esta nouvelle (no podría llamarla novela porque se lee de una sentada, tiene 130 pgs.) es su título y su portada. Sin embargo no me encontré con una historia en la que Amelie, que posa en portada, hablase de la relación con su padre y el mito edípico en sus carnes. Que saliese ella en portada me indujo a error. No, esta no va de ella, pero sí de la tragedia sofocliana...

A destacar
- Magia
- Las Vegas
- Burning Man
Sobre el autor
La baronesa Fabienne Claire Nothomb, más conocida como Amélie Nothomb (Etterbeek, Bélgica; 9 de julio de 1966)1, es una escritora belga de lengua francesa, elegida miembro de la Real Academia de la lengua y de la literatura francesas de Bélgica.23
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La mejor venganza
Canetenovela
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Cualquier buena historia de venganza que se precie comienza con un hecho desgarrador, injusto y doloroso que se convierte en el motor de la trama. Además, consigue que el personaje que lo sufre despierte inmediatamente las simpatías del lector que desde ese momento será no solo más proclive a justificar sus actuaciones sino que además se posicionará indefectiblemente a su lado deseando que colme sus deseos de venganza... ¿o no?Me vienen a la cabeza un par de estas ficciones, como el conde de Montecristo con Edmon Dantés o Kill Bill con Beatrix Kiddo (nombre que no conoceremos hasta el segundo volumen). Sin embargo, en estas ficciones no sucede como sucede en La mejor venganza de Joe Abercrombie... Y, ahora os diré por qué.

A destacar
- Fantasía oscura
- Personajes poliedricos
- Acción, sangre, batallas y épica a raudales
- ¿La mejor novela de Abercrombie que he leído hasta el momento?
Sobre el autor
Joe Abercrombie (31 de diciembre de 1974, Lancaster) es un escritor británico de fantasía y editor cinematográfico. Es el autor de las trilogías La Primera Ley (y sus obras derivadas como Tierras Rojas) y del Mar Quebrado.
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El sentido de un final
Canetenovela
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Esta ha sido mi primera aproximación a la obra de Julian Barnes a pesar de que mi interés por él lleva años cociéndose a través de recomendaciones de amigos y reseñas de prescriptores que respeto. La elegí como autorregalo de Sant Jordi por el título. No sabía absolutamente nada de ella (más allá de que ponía en la portada que está galardonada con el Man Booker Prize, que tiene empaque, pero no la elegí por eso), no leí la contra para acabar de decidirme y, ni siquiera, abrí la primera página para leer la primera frase. Algo que hago habitualmente.El sentido de un final. Para alguien que piensa que la vida no tiene un sentido objetivo más que el que le otorgamos cada uno y nos sirve, podéis ver lo atrayente que de inicio puede ser. Si además, lo asocias a algo como "un final", no "el final" sino uno, el tuyo, el combo es irresistible. Adelanto que no me ha decepcionado nada, más bien al contrario. Y ahora os diré por qué.

A destacar
- Memoria
- Intriga
- Personajes
Sobre el autor
Julian Patrick Barnes (Leicester; 19 de enero de 1946) es un novelista británico, ganador del Premio Booker 2011 por El sentido de un final.2
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Respuestas
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No sé si seguirá teniendo el atractivo o la tirada que tenía cuando yo era pequeño, pero recuerdo las ediciones que hacían del récord Guiness. Cada año publicaban un tocho en tapa dura e ilustrado con los que podían decir que ostentaban uno de estos récords. Y, aunque yo no hacía colección, sí recuerdo tener algún ejemplar. No recuerdo el año.
Sin embargo, sí recuerdo el record guiness a la pregunta y su respuesta más corta. Se trataba de una carta de Víctor Hugo a su editor tras publicar Los miserables. Decía así: «?». Y la respuesta de su editor decía así: «!».
Se me quedó grabado y todavía no sé por qué, ya que en aquella época, la prehistoria de mi historia como lector, no guardaba un especial interés por la literatura y sus cosas. Fue más tarde cuando este récord de brevedad me venía de vez en cuando a la cabeza. Sobre todo después de leer Los miserables y ver lo profuso que es Hugo como escritor y lo extensa que es su novela.
Además, me parece divertido que el editor sea tan «cabrito». Porque si lo de Hugo es completamente entendible y no hace falta más que un signo de interrogación (¿Qué puede querer un escritor de su editor recién publicada su novela más que saber cómo está yendo?), lo de su editor es de cabroncete (anda, dale alguna cifra al menos, que se quede tranquilo el pobre Hugo, calma su impaciencia o húndele en la miseria de pasar desapercibido).

No news good news?
Cuando ya has hecho un envío de tu manuscrito a editoriales y, sobre todo, si es la primera vez, es inevitable que sientas la comezón de la impaciencia y las brasas de la expectativa. Pero como todo en la vida, a fuerza de repetir, ni pica ni quema tanto el estar pendiente de algo.
Yo me he encontrado con diferentes casuísticas de respuestas. Desde el silencio, hasta el rechazo educado, pasando por la contraoferta de que pagues un informe de lectura, hasta la simple información de que tu manuscrito entra en el circuito de valoración.
A continuación os pego algunos ejemplos manteniendo el anonimato claro:
«Buenos días, César:
Le escribo este mensaje para comunicarle que hemos entrado correctamente el manuscrito que nos ha hecho llegar.
«Estimado César,
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Envío
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Y ya llegó esa fase en la que a pesar de tener domadas las expectativas, hay que seguir manteniéndolas bajo control para que gestionar la frustración no se convierta en una tarea imposible. Estoy hablando del envío a las editoriales del manuscrito que hayas dado por válido.
Lo primero que hay que hacer es confeccionar una lista de editoriales a las que les pueda interesar tu manuscrito. Tendrás en cuenta, claro está, el género en que publiquen en términos de narrativa, ficción, no ficción, para ir hilando más fino hasta que el género de tu manuscrito encaje con la línea argumental de la editorial a la que lo envías. Está claro que lo puedes hacer al tún tún o a lo bestia y enviarlo a diestro y siniestro. Pero no tendrá mucho sentido, así por ejemplo, que si has escrito una ficción lo envíes a un sello editorial como Debate que desde hace cienes de años abandonó esas narrativas para dedicarse a la no ficción.
Por supuesto, si por lo que sea cuentas con contactos, aprovéchalos y envíalo sin pudor. Ellos están acostumbrados a eso (hay muchos editores que se quejan de que hacen eso, pero, chato, haberte dedicado a otra cosa o no lo pongas en tu perfil definitorio de redes sociales, que bien que te gusta decir que eres editor cuando las consecuencias son positivas pero no cuando te agobian… sopla y sorbe en otro sitio).
Por otro lado, descarto el envío a agencias. Muchas te querrán cobrar solo por leerlo y hacerte un informe de lectura… es la nueva moda. Ahora, si tienes colegas que son agentes, adelante. Aquí hay que probar suerte que hemos venido a jugar.

Ficha
Los editores están muy ocupados. En muchas cosas. Eso es un hecho. O lo era cuando lo he podido ver de primera mano o ha sido mi mano la que recibía manuscritos.
Por eso hay que facilitarles el trabajo en la medida de lo posible y acompañar tu manuscrito con una ficha. En ella, al menos yo, incluyo un resumen de los datos técnicos (título, autor, nº de pág/palabras, género), una breve sinopsis, palabras clave, argumentos de marketing y, lo que a mí me parece más importante: opiniones de lectores que ya la hayan leído. Opiniones positivas, se entiende…
Creo que es lo más importante porque es tan humano como inevitable tener en cuenta lo que dicen terceros acerca de lo que vas a leer, comer, ir a ver o lo que sea, como para desperdiciarlo. Otra cosa es que estés de acuerdo o se adapte o no a tus sesgos de confirmación. Pero siempre, tenderás a tenerlo en cuenta. Es como aquello de: no pienses en un elefante… tarde…
Entre muchos escritores nóveles existe la creencia de que es preferible enviar un índice, un fragmento del texto… etc. Y lo creen preferible por temas de seguridad. Como si la editorial les fuera a plagiar o algo así (que podría pasar, eh). Pero la editorial no se va a involucrar en un proyecto de un autor nobel (otra cosa es que tenga detrás un agente que les caliente los cascos en una feria, que ya sea un autor consagrado o algunas casuísticas más) con un fragmento. Perded cuidado, estáis cubiertos incluso si no registráis el manuscrito como propio en el registro. Mientras podáis demostrar que eso lo habéis escrito vosotros… (y yo he generado unos 100 documentos que prueban que lo escrito es mío).
Os copio las opiniones de lectores que he añadido en mi ficha:
«Una bonita pero cruda historia de amor repleta de escenas cómicas capaces de arrancarte la carcajada en cada situación hace las veces de cinturón de plomo de buceador para sumergirte en los recovecos y pormenores del mundo editorial a través de la trayectoria profesional de su protagonista descubriéndonos todo un universo de curiosidades y datos que se vuelven sorprendentemente, para un lego en la materia como yo, en muy interesantes.
Pero al igual que el romance, todo este periplo laboral no es más que una tapadera que proyecta un maremágnum de reflexiones sobre las relaciones, los compañeros de viaje, la actitud ante el mundo que te rodea, la amistad, el amor y al fin y al cabo la vida.
Todo regado con una narrativa tan fluida, casi hipnótica, que te cautiva desde la primera pagina”. XXX
«Llegué a esta autoficción después de haber leído la trilogía y el libro de relatos de César (buenísimo), por lo tanto, creí estar familiarizada con su escritura.
Lo que me encontré fue diferente a lo que me tenía acostumbrada. La ficción es ficción y esto, aunque también lo es, la historia bebe de las vivencias de una fuente muy concreta, su propia vida. En definitiva, me resultó super entretenido leer esta novela de autoficción
sobre la iniciación en el universo de la literatura de un, por aquel entonces futuro escritor, a partir de la más cruda realidad que parte de la industrialización del libro y de todos sus tejemanejes, entrelazada con una bonita historia sentimental de intereses compartidos alrededor del mundo de la palabra impresa en papel.” XXX
“Relato valiente en el que el autor desnuda sus sentimientos y emociones en una historia íntima, única y privada sabiendo o sin saber que en otro lugar y tiempo y con otros personajes es la misma que la del lector, que es universal. Es esto posiblemente lo que le hace adictivo, lo que te revuelve como lector tu propio pasado y tus propias experiencias y plantearte si tú también fuiste honesto con los demás y contigo mismo.” XXX
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Los desposeídos
Canetenovela
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Con dos líneas argumentales que se entrecruzan durante toda la novela, Ursula K. Leguin, nos explica el pasado y el presente de Shevek, un físico brillante cuyo desarrollo de la teoría del tiempo y de la simultaneidad puede cambiarlo todo. Pero, en realidad, este será solo el objeto de deseo que le permitirá viajar a Urra, un planeta del que sus antepasados proceden, y del que se exiliaron voluntariamente huyendo de una sociedad capitalista desigual para crear una sociedad anarquista, con éxito y limitaciones, en Anarres.

A destacar
- Ciencia ficción dura
- Exploración de modelos políticos alternativos
- Profundidad de personajes
(Disclaimer: quizá algún lector pueda pensar que en esta reseña hay muchos spoilers. No seré yo quien lo niegue. Sin embargo, considero que es tan rica en todas sus capas que describir alguna de ellas con más detenimiento (la trama, por ejemplo), no le quita ni un ápice de interés ni arruina nada. Avisado queda)
Quizá puede resultarnos naif a los lectores actuales, que incluso recordamos la caída del bloque comunista, el intento de ficcionar una historia con una presencia de teoría política tan fuerte y, más, cuando la sociedad que plantea, en la que crece Shevek, nuestro protagonista, no es solo de izquierdas sino muy de izquierdas: anarquista (no el anarquismo egoísta individualista chusquero que precognizan los noeliberales más acérrimos). No hay propiedad privada, no existe el dinero, se sobrevive gracias al apoyo mutuo y la competitividad es la bestia negra que produce desigualdades.
Y lo digo porque en nuestra cabeza la noción de «eso no funciona» es un mantra que se ha aprovechado para que el neoliberalismo más salvaje y el capitalismo más predador campe a sus anchas y con nuestro consentimiento. Si le sumas que el utilitarismo es otro de los dogmas de este mundo (solo es importante lo que tiene una utilidad cuantificable y, por tanto, comerciable: ¿para qué voy a aprender catalán si no me sirve fuera de catalunya? ¿Para qué voy a estudiar filosofía si no la necesito para trabajar?), te encuentras con novelas actuales que apenas desarrollan conceptos alternativos de sociedades capitalistas. Se contentan con mencionarlas.
En Los desposeídos eso no es así. Le Guin desarrolla su sistema anarquista de Anarres desde sus cimientos y lo hace crecer capítulo a capítulo para que el lector pueda comprender que sí podría existir una alternativa. Desde el lenguaje, el právico, creado exprofeso para una sociedad anarquista (no existen los demostrativos posesivos o no existen palabras como señor que establecen una diferencia jerárquica) hasta la división del trabajo o la crianza de los hijos, todo adquiere una profundidad que destruye tanto la ingenuidad que permite pensar de primeras que «eso no funciona» como la inverosimilitud que nunca llega a esta historia.
Pero no creáis que es algo idílico. No, si lo fuera no sería verosímil. El sistema político, económico y cultural de Anarres también tiene sus fallos y sus vicios. También puede tener unos efectos nocivos en sus ciudadanos. También hay crítica por ese lado.
Si no tuviera esos fallos, no descubriríamos el mundo de Urras al que viaja Shevek para conseguir su doble propósito: conseguir terminar de desarrollar sus teorías cuya aplicación práctica se traduce en la utilización del ansible (poder comunicarse instantáneamente entre dos objetos muy lejanos ignorando el efecto relativista) y compartirla con todos los seres humanos conocidos (evitar que sea poseída por alguna facción/planeta y se convierta en una ventaja de dominación).
En este viaje, Shevek, experimentará de primera mano la abundancia del capitalismo, tanto en la hermosura de Urras (ese sistema no sería posible si no hubiera abundancia de recursos), como en el acceso a bienes de consumo que tiene él como científico prominente, como en desigualdades.
Una novela que explora minuciosamente la posibilidad de una alternativa sin que esa minuciosidad le juegue una mala pasada al ritmo o a la propia anécdota de la novela. No me extraña que ganara todo lo que pudo ganar en su género. Una de mis mejores lecturas del año hasta ahora.
Sobre el autor
Ursula Kroeber Le Guin [‘ɜrsələ ˈkroʊbər ləˈgwɪn]1 (Berkeley, California; 21 de octubre de 1929-Portland, Oregón; 22 de enero de 2018) fue una autora estadounidense conocida sobre todo por sus obras de ficción especulativa y, en especial, por las obras de literatura fantástica ambientadas en el mundo ficticio de Terramar, así como la serie de ciencia ficción de la federación Ekumen. Publicó su primera obra en 1959 y su carrera literaria duró casi sesenta años, con más de veinte novelas y más de cien relatos cortos, además de poesía, ensayo, crítica literaria, traducciones y libros para niños.
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Los astronautas
Canetenovela
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Los astronautas arranca con un detalle pequeño, pero significativo. Esos detalles realmente importantes. A partir de una comida familiar de Navidad, la protagonista que parece ser la misma autora descubre una fotografía nunca vista. En ella, aparece con poco más de un año y medio en la falda de su madre y junto a su padre. Nunca había visto o recuerda una imagen de lo que fue su familia todos juntos, al menos por un tiempo. Hasta que sus padres se separaron y ella dejó de tener una familia plena por más que ambos progenitores continuaron con sus vidas, con sus parejas y con más hijos.

A destacar
- Autoficción
- Familia
Sobre el autor
Estudió Periodismo y Filosofía en la Universidad de Navarra y tiene un Máster en Edición por la Universidad Pompeu Fabra. Trabaja como editora y scout literaria para editoriales nacionales e internacionales y es crítica literaria del suplemento cultural del periódico ABC 2 y en Cultura/s de La Vanguardia.3
Autoeditó el libro de relatos Piscinas vacías en la plataforma megustaescribir y, tras entrar en el top 100 de Amazon,4 fue publicado por Alfaguara en 2016. En 2017 publicó su primera novela Qué vas a hacer con el resto de tu vida (Alfaguara) 5 y, en 2018, el álbum ilustrado El amor después del amor de la editorial Bridge (L’amor després de l’amor en su versión en catalán), con ilustraciones de Marc Pallarés
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1969
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1969 fue un año inflexivo en el régimen franquista, marca el inicio del declive y la efervescencia de la reacción social a la represión del estado dictatorial que cumplía 30 años en el gobierno.

A destacar
- Novela mosaico
- Barcelona
- Tardofranquismo
Sobre el autor
Educador de profesión, con el paso de los años terminó por dedicarse por completo a escribir. Sus primeros pasos fueron con la poesía,2 —La travesía innecesaria (1991) y Antes de la nieve (1994)— y las narraciones cortas que ven la luz en distintos momentos de su carrera literaria: por vez primera en 1995 con Zugzwang, seguida de L’eloqüència del franctirador (1998)1 y ya en 2014 con la antología Vint-i-nou contes menys.2 Al mismo tiempo ha sido un prolífico autor de obras dirigidas al lector infantil y juvenil, donde brillan los personajes despiertos, cotidianos y espontáneos1 con obras como La maledicció del cavaller Nomormai (2000), Els somnis de l’Aurèlia o L’Aurèlia i el robaombres (2001, 2002).1 En la novela aparece el autor en los años 2000 con Cinc nits de febrer3 y El silenci dels arbres, obra finalista del premio Llibreter 2004; dos años más tarde, con La decisió de Brandes, ganó el premio de la Crítica de narrativa catalana, el premio QWERTY de BTV y el premio Octavi Pellissa.4
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Cuadrado
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Soy una persona que cuando se marca un objetivo se fija también unas pautas para alcanzarlo y no las abandona hasta que lo consigue (si es que para conseguirlo solo está en su mano y no necesita de nada más). Cuando me dio por cuidarme llegué a correr treinta y cinco kilómetros semanales repartidos en cinco días. Dejé de quedar por las tardes después de trabajar con los amigos porque me había comprometido con mi objetivo y realizaba dos recorridos uno largo y otro corto. Siempre los mismo. Así podía ver mi mejoría.
También cuidé mi dieta y pasé de comer lo que se me pasaba por el gusto para pasar a ensalada de primero y plancha de segundo. Así bajé a un peso que no experimentaba desde los 18 años.
Cuando rechazaba ofrecimientos gastronómicos golosos o quedadas por la tarde de los colegas. Los que me lo ofrecían decían: vaya disciplina. Y no, no era disciplina, no me costaba rechazarlo, era compromiso con el objetivo que me había fijado. Y es que soy un tipo muy cuadrado.

Última lectura
He acabado ya la última lectura del borrador protagonista de este blog y que a partir de ahora consideraré manuscrito por derecho propio. Estos últimos cinco días, he dividido los capítulos para ajustarlos sesiones que no me abrumaran, es decir, que no leía todo lo que podía leer cada día. Eso forma parte de mis pautas cuadradas para acometer una tarea que me lleve a la consecución de un objetivo.
He acabado de podar, por encima, lo que no había trasquilado con la revisión. Creo que ha quedado bien y lo doy por cerrado. Por supuesto, si tras el envío a editoriales alguna se interesa, no tendré ningún problema en volver a podar o trasquilar si es que estoy de acuerdo con las sugerencias del editor. Pero es adelantar mucho además de abrir la puerta a expectativas que, en realidad, no tengo (porque siempre me queda mi cómodo mundo de la autopublicación).
De cualquier manera estoy contento. Lo estoy por haber terminado esta fase, pero no solo por eso. También porque esta última lectura me ha servido para afianzar sensaciones y mi propia relación con el texto. Estoy satisfecho que es más de lo que pueden decir muchos otros escritores que nunca lo están con sus textos.
Incluso me gusta ese final abrupto y contundente que le he dejado. No es un final bisagra pensado para que los lectores esperen la siguiente parte. No, esta se sostiene por sí sola. Es un final, abrupto. Dejémoslo ahí.
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Todos los caballos hermosos
Canetenovela
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Texas, 1949. Con la muerte de su abuelo, John Grady Cole, un chico de 16 años, pierde la esperanza de conservar el rancho en que vive y, por tanto, dedicarse a lo que más ama, los caballos y el trabajo de vaquero. Pero, lejos de aceptar ese destino, decide emprender un viaje al sur, cruzando la frontera con México, para encontrar un lugar donde pueda dedicarse a lo que ama.

A destacar
- Toques de Western
- Estilo seco
- "Aventuras"
Sobre el autor
Cormac McCarthy (Providence, Rhode Island, 20 de julio de 1933) es un escritor estadounidense ganador del Premio Pulitzer de ficción por La carretera (2006) y del National Book Award por Todos los hermosos caballos (1992).
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