La única historia

noviembre 17, 2023| Reseñas|3 Minutes

Canetenovela

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Esta es mi segunda inmersión en la literatura de Julian Barnes y he de decir que consigue, de nuevo, tras la maravillosa El sentido de un final, que me haya sentido completamente atrapado y sin ganas de huir. En el polo opuesto de la decepción. Cosa que sí me ha sucedido con autores con cuya primera obra que les leí acabé fascinado y, con la siguiente, acabé mi relación con ellos (lo siento CRZ, donde quiera que estés). En este caso, no quería que acabase y he asistido a esta breve pero potente historia con una conexión completa, una profunda empatía con Paul y una compasión resignada por Susan.

Pero, ¿por qué?

A destacar

  • Novela de personajes
  • Relación asimétrica
  • Amor sin pamplinas

Cuando arranca esta historia, Paul, que es quien nos la cuenta, nos habla de su juventud y, más concretamente, de su primera relación sentimental con alguien. En realidad, esto no tendía más interés que el que pueda tener cualquier relación sentimental de la que se hable en cualquier libro pero, en realidad, esta es la única historia. Y, todos, tenemos una única historia que es original y que es la nuestra aunque sea igual que todas las demás. Solo se diferencia en los matices. Y en este caso, el matiz principal es que la primera pareja de Paul es Susan, una señora que podría ser su madre (o según cómo, casos se han visto) su abuela, pues le saca 30 años. Además está casa y tiene dos hijas que son mayores que Paul.
Este hecho diferencial marcará profundamente a Paul que, inexperto y entusiasta luchará hasta que su propia madurez y desgaste le hagan ver que el amor es eterno mientras dura. A partir de entonces y en sus próximas relaciones, no hay que olvidar que quien nos cuenta esta historia ya es un anciano y ha tenido muchas, podrá ver cómo ha ido buscando siempre lo que encontró en Susan.
Esta es una novela reflexiva que, de nuevo, como ya sucedía en El sentido de un final, consigue ir de pequeños detalles que parecen insignificantes a un todo, algo universal que se nos puede aplicar a todos, profundamente significativo. Y ahí es donde el talento y la genialidad de Barnes sobresalen, en conseguir hacernos ver que La única historia es única porque cada uno de nosotros los somos también.
Una pequeña grandísima novela.

Sobre el autor

Julian Patrick Barnes (Leicester19 de enero de 1946) es un novelista británico, ganador del Premio Booker 2011 por El sentido de un final.2


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Lionel Asbo. El estado de Inglaterra

noviembre 16, 2023| Reseñas|4 Minutes

Canetenovela

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Martin Amis es uno de esos autores que siempre han estado en mi radar. O, al menos, desde que supe que era uno de los autores de cabecera de un excompañero de curro reconvertido en amigo. Durante los años que trabajamos juntos se debió leer tres cuartas partes de la bibliografía del autor inglés y yo no le di nunca una oportunidad.

Sin embargo, hace poquito, en una de mis razzias me dio por lanzarme a una primera inmersión en el mundo Amis. Escogí Lionel Asbo. El estado de Inglaterra y durante su lectura me recordó a mi esperpéntico primer viaje a aquel país cuando tenía 19 años en que crucé mi camino con una recua de Hooligans intrusivos (una señora borracha se me subió encima grotescamente mientras viajaba en tren gritando cosas en inglés que apenas entendía porque solo sabía palabras como fuck, shit, etc) o con un jovencito alcoholizado que avanzaba hacia mí con la camisa desgarrada y una ceja sangrante, como un remedo de zombie Walking dead, en una zona de bares. En fin, escenas jardín de las delicias bosconiana.

Sin embargo, recuerdo aquel viaje con el cariño del flipe, y la lectura de esta novela me ha dejado un buen sabor de boca  y su protagonista, ese tal Lionel Asbo, como el catalítico de lo más extremo y esperpéntico de la Inglaterra actual. Aunque a muchos críticos no les haya gustado.

A destacar

  • Sátira
  • Familia
  • Personajes extremos

Un par de pinceladas argumentales: Lionel Asbo es un joven matón de una familia desestructurada. Abusón, mangoneador, borracho y extremo. Le acompañan sus pitbulls a los que entrena con comida aderezada con el picante más fuerte que pueda encontrar y que, si su propia imagen no fuera ya suficientemente amenazante, le suman mayor agresividad animal y descerebrada.
Tiene una fuerte influencia sobre su sobrino, el otro protagonista de esta historia, que, a pesar de no poder llevar una vida normal (su abuela tiene mucho que ver con ello y será el origen de todos sus problemas con su tío Lionel, se esfuerza por intentarlo.
Todo cambia cuando a Lionel, estando en la cárcel, le toca la lotería y entra en un mundo en el que, él, un despojo social, lo peor de cada casa, puede comprarlo todo. Y, parece que no es tan tonto como como aparentaba.
Esta es una novela que bucea en lo más cutre, hortera y avergonzante de la sociedad inglesa actual. Desde los reality shows de la actualidad (una especie de Jersey Shore) pasando por los bajos fondos y los pocos escrúpulos para sobrevivir hasta los nuevos ricos y su materialismo superficial. Todo mezclado con humor y, por momentos, horror en una mezcla esperpéntica que justifica que levantase ampollas entre los críticos ingleses.

Sobre el autor

Martin Amis (Swansea, Gran Bretaña, 25 de agosto de 1949Lake Worth19 de mayo de 2023)12​ fue un novelista británico.


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Paratextos

Canetenovela

noviembre 15, 2023| Blog|5 Minutes

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Aparte del cuerpo principal del contenido de una novela, su historia, la trama, el argumento, lo que compone la narración, suelen acompañar a la edición multitud de textos que pueden participar de la historia o no, pero seguro que añaden contexto al todo que formará la edición. Este conjunto de textos se denomina Paratextos.

Y, ¿qué quiero decir con que pueden participar de la historia o no? Muy sencillo, elementos como las citas (sean canciones, poemas, dichos o sentencias de sabios), por poner un ejemplo, estarán emparentados directamente con la historia.

En la novela de Lionel Shriver, Tenemos que hablar de Kevin, la cita que abre la narración es de Erma Bombeck y dice así: un niño necesita más vuestro amor cuando menos lo merece. Por supuesto, tiene todo que ver con la narración. Digamos que participa completamente.

En cambio, otros paratextos no participan para nada en la historia aunque sí añaden contexto. Por ejemplo, los prólogos de otros autores que presentan la historia que viene a continuación, hablan maravillas del autor o simplemente explican la peripecia del libro hasta ser publicado (me viene a la mente en este caso el prólogo de La conjura de los necios). También las bibliografías en el caso de que la obra sea de no ficción… etc…

Envoltorio

En mi caso, no me gusta envolver el texto de demasiadas cosas que distraigan de la historia que quiero contar. Hay autores a los que se les va la mano con las citas, desde mi punto de vista, claro (como a Stephen King) y otros que ni tan siquiera piensan que deban de añadir, después de escribir «fin» a su historia nada más.

Sin embargo, para mi próxima novela, que estoy preparando ahora mismo, he añadido dos paratextos a la cita (el fragmento de un poema) que abre mi historia.

Por un lado, algo muy anglosajón y que no se estilaba mucho entre los autores castizos: los agradecimientos. Supongo que por contagio, ahora no habrá título de autor español que los olvide, pero en mi caso no los he añadido por compromiso o por contagio. En mi caso, los he añadido porque realmente creo, sé, que esta próxima novela no podría salir si no fuera por las personas que menciono. Y, siempre he pensado, que es de buen nacido ser agradecido.

También y si antes citaba a King para que ejemplificara el exceso de citas, ahora lo citaré para el último paratexto que he añadido. Gracias a él, quizá porque fue en sus novelas donde primero lo vi, que me encanta saber cosas externas a la novela o a la historia que cuenta, pero que están directamente relacionadas. Por ejemplo, cómo se gestó la historia, o de dónde viene tal o cuál rasgo, en qué momento vital estaba el autor cuando la escribió… A esto se le llama nota de autor.

No añadí ninguna nota de autor a mi trilogía, pero sí lo hice con mi libro de cuentos «Nunca supe escrivir». Lo hice por dos motivos, el primero mucho más superficial, porque necesitaba que el conjunto de los tres relatos tuviese más extensión de la que tenía. El segundo, porque necesitaba ponerle un contexto a cada relato dentro de mi recorrido como escritor. No en vano, eran cuentos que había escrito 20 años antes de su publicación.

Ahora, añado una nota de autor a esta novela porque pertenece a un género, la autoficción, que siempre me ha producido urticaria. Para explicar por qué me decidía a escribir algo que de primeras no casaba conmigo, necesitaba un espacio fuera de la propia novela. De ahí esa nota de autor.


El asesino de mujeres

noviembre 13, 2023| Reseñas|3 Minutes

Canetenovela

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El asesino de mujeres de Martina Cole tenía muy buena pinta. Por eso lo compré, claro. No sabía nada prácticamente de él más allá de lo descriptivo del propio título, que, para alguien a quien le apasionan los asesinos en serie, pues ya suena prometedor.

Sin embargo, conforme me sumergí en la trama empecé a encontrarme con elementos que acabaron convirtiéndola en la peor novela leída en lo que llevo de año.

A destacar

  • Asesino en serie
  • Novela negra

Por una vez la previsión de no encontrarme un asesino en serie super sofisticado y con cualidades sobre humanas que establece una especie de batalla a muerte con el héroe, en este caso. heroína, hizo que mis expectativas creciesen. Y en ese aspecto esta novela cumple: el asesino es un personaje más con una psicología trabajada pero casi un cliché basado en Peter Sutcliffe el destripador de Yorkshire. Es por eso que es verosímil y es por eso que tiene que ver más con la sórdida realidad en la que se mueven estos «seres» abyectos que lo que nos enseña la ficción. T bien, eso está muy bien. Pero es lo único bueno.
Cuando este asesino acabe con la hija de un capo mafioso de Londres empezará una doble cacería, por un lado, la de la protagonista que lo perseguirá y por otro la de este mafioso. En realidad, apenas hay trama ya que lo único que importa aquí es la relación que establecen la detective y el mafioso.
La mentalidad con la que la autora describe a sus personajes y los conflictos que atraviesan es completamente machista. Es más, diría que resulta casi misogina y es lo que consigue expulsarte de la novela y que la acabes rechazando. Y, ojo, la autora no escribe mal, su pluma es atrayente y tiene un buen dominio del ritmo y de la trama, pero consigue, desgraciadamente, que tengas muchas ganas de dejar de leer.
En fin, una mala novela negra que si es memorable es porque es la peor de las que llevo este año…

Sobre el autor

Martina Cole, nacida en Essex en 1959, es una de las grandes voces de la novela negra británica. Además de a la escritura, Cole se dedica a los negocios y también al ámbito televisivo, para el que ha llegado a presentar programas.

Su carrera literaria comenzó a despuntar en 1991 cuando su manuscrito de Dangerous Lady fue aceptado por un agente literario, gracias al cual la obra vería la luz un año después.

Desde entonces ha publicado otras novelas como Más cercaEl jefeEl asesino de mujeresChicas malas Traición, entre muchas otras. Muchas de sus obras han sido traducidas a las principales lenguas, además de haberse convertido algunas de ellas en obras de teatro y series televisivas.


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Los destrozos

noviembre 10, 2023| Reseñas|8 Minutes

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Bret Easton Ellis se ha caracterizado siempre por ser un escritor polémico, sin pelos en la lengua y con una mirada entre nihilista y despiadada hacia la realidad y hacia sus protagonistas. Desde que publicó, siendo un chavalito, Menos que cero donde un grupo de adolescentes pijos de Los Ángeles en los 80 (tenemos un calco en Historias del Kronen aquí en España) se dedicaban a ir de fiesta, follar, drogarse y, al fin y al cabo, vivir alienados en sus jaulas de oro, sus novelas han despertado siempre un profundo interés.

He leído la gran mayoría (desde las más conocidas, como American Psycho, hasta las menos como Suites imperiales o Lunar Park), y, desde mi punto de vista, son bastante irregulares, teniendo en cuenta la calidad que ha demostrado alcanzar en alguna de sus obras. Así que puedo decir con total convicción que Los destrozos es la mejor de las novelas que le he leído y eso es por una serie de motivos.

A destacar

  • Narrador poco fiable
  • Autoficción más cercana a la ficción que la biografía
  • Asesino en serie
  • En algunos momentos roza la novela de terror

Ellis siempre ha intercalado en sus novelas hechos biográficos comprobables con ficción. Lo hace porque le encanta jugar al despiste y como herramienta para dotar a sus novelas de unos limites muy lejanos para la ruptura el punto de credulidad, es decir, que la verosimilitud que consigue en sus historias es a prueba de bombas. Aunque sea una locura creerte lo que te está contando.
En Los destrozos, no en vano he mencionado su primera novela, Menos que cero, nos traslada, argumentalmente a la época en la que su trasunto, Bret Ellis, protagonista de esta novela, estaba escribiéndola. Es decir, durante su último año antes de ir a la universidad. Nos cuenta en primera persona su vida en los primeros meses de ese último curso, la relación con su grupo de amigos –niños pijos de clase alta con familias desestructuradas que les garantizan un bienestar material y el acceso a cualquier lujo que quieran y descuidan el bienestar emocional que es lo que los lleva a ser casi juguetes rotos–, la doble vida que lleva debido a estar encerrado en el armario de la homosexualidad, la aparición de un nuevo alumno que será el catalizador de lo que está por venir y la presencia, en los bordes de su realidad, de un asesino en serie «el arrastrero» que parecerá tener algo que ver con la vida del grupo.
Esta sería una pequeña semblanza de lo que nos cuenta, en primera persona, lo que decía, el propio Ellis, añadiendo  al combinado, por supuesto, un aderezo de drogas, alcohol y mucho sexo, tanto heterosexual como homosexual. Por eso, no nos podemos fiar de lo que nos cuenta ese alquimista que nos habla. No solo porque mezcle ingredientes reales con imaginarios en su búsqueda de transformar su narración en oro (cosa que consigue) sino porque también en muchos momentos, lo que nos cuenta esa voz, esos pensamientos, esa mentalidad en la que nos hemos ido adentrando a fuerza de miles de detalles, no concuerda con lo que explica.
Y aquí me explico yo. Para empezar los diálogos. Se produce una sensación, sobre todo al principio de la novela, de confusión entre lo que dicen los protagonistas y la interpretación de lo que dicen que hace el narrador. Incluso teniendo en cuenta que el propio narrador también dialoga. Al principio puede parecer que hay una falta de destreza del autor a la hora de hacer hablar a sus personajes, pero nada más lejos de la realidad porque esto es totalmente deliberado. El desencaje entre lo dicho y su interpretación o las consecuencias que tienen esos diálogos en las acciones de sus personajes busca ese desencaje. Y lo hace precisamente para sembrar la duda en el lector de que lo que le cuenta el narrador sea cierto. Pretende hacer peligrar la credulidad del lector y de ahí que este narrador sea poco fiable y el autor quiera hacer desembocar al lector en un delta lleno de duda sedimentada y con una sonrisa perpleja ante el espectáculo desplegado. ¿Qué ha pasado aquí?
Continúa también y hacia el final de la novela, en ese afán de sembrar la duda, con una especie de esquizofrenia entre lo que piensa que hace el personaje y lo que en realidad hace. Y, ¿por qué lo sabemos si vivimos en la cabeza del personaje? Porque también nos explica las consecuencias de sus acciones y estas, de nuevo, no cuadran con lo que ha pensado que ha hecho, aunque él tenga una explicación plausible para esta extraña dicotomía.
Conseguir esto es magistral en el campo de la ficción. Si además le sumas la musicalidad, el talento en la redacción y el uso del lenguaje que consigue Ellis (esta vez el autor y no su alter ego protagonista) tienes una novela en la que no importa (al menos a mí que me suele importar mucho y que es lo que me ha alejado de autores como Bolaño) que los mil millones de detalles que le añade a la trama y que, en principio, parecerían superfluos, no solo se sientan interesantes sino que se quieran devorar.
Y es que desengañémonos, esta es una novela en que un grupo de niños pijos no saben que hacer con sus vidas entre lujos, fiestas, sexo y nihilismo, donde su protagonista sufre un profundo ataque de paranoia que le hace pensar que la llegada de un nuevo chico a su escuela y a su grupo de amigos tiene que ver con la presencia de un extraño asesino en serie.
Pero ya sabéis lo que dicen, la paranoia es como la traición, si prospera nadie la llama traición (o paranoia).

Sobre el autor

Bret Easton Ellis (Los Ángeles, 7 de marzo de 1964) es un novelista estadounidense, considerado el mayor exponente de la generación X en literatura, y uno de los autores posmodernos más relevantes de la actualidad. Escritor polémico, ha dejado a pocos lectores indiferentes, suscitando críticas negativas y positivas por igual. Ha sido considerado por algunos críticos como el nuevo Ernest Hemingway, para luego ser relegado a un segundo plano por muchos debido a la supuesta frialdad y escabrosidad de su prosa. Es, además, periodista, ensayista, editor de revistas literarias, conferenciante y académico.2


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El túnel

noviembre 9, 2023| Reseñas|5 Minutes

Canetenovela

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Hace poco he puesto remedio a una deuda con mi lista de pendientes que ya era excesiva y amenazaba con causarme cierto sonrojo. Mi procrastinación no tenía nada que ver con la pereza que supondría enfrentarse a un novelón de 1000 pagínas porque esta apenas tiene 200. Más que una novela es una nouvelle. Tampoco con su temática ya que podría decirse que cae cerca sino dentro del perímetro del True Crime, aunque sería anacrónico referirse a ella dentro de este género, pues no es true, aunque haya crime. Y a mí me encanta este género o cualquiera que se base en crímenes.

El caso es que no tengo razones y, menos después de leerla, para entender por qué no la leí antes. Quizá es que estaba esperando agazapada a que llegase el momento adecuado y el lugar oportuno. Condiciones sine qua non para que se produzca la chispa del éxito o, en este caso, del enamoramiento. Porque sí, está novela, me ha enamorado. Pero, ¿por qué?

A destacar

  • Novela psicológica
  • Fascinación ante lo despreciable
  • Bajada a los infiernos

En primera persona, Juan Castel, un pintor de renombre, nos confiesa por qué se encuentra en la cárcel. Ha asesinado a su amante y ahora debe permanecer aislado de la sociedad.  No temáis esto no es un spoiler ya que Castel lo confiesa en la primera página. Es más bien lo que dará forma a toda la novela.

Entramos pues, en el mundo del suspense sin que este sea tampoco el motor principal de la trama. Sabemos qué ha pasado y quién es responsable, pero no sabemos por qué. La respuesta a esta pregunta es El túnel y el viaje por la intrincada mente de Castel el objetivo.

A través de esa primera persona y de su mentalidad, sus pensamientos, sus sentimientos, sus relaciones con otros personajes, recorremos el retrato psicológico de un artista que queda prendado en una de sus exposiciones de la que será su víctima. María Iribarne fue la única espectadora que Castel pensó que pudo entender uno de sus cuadros. A través de esta epifanía, empieza el marcaje de Castel que se desvivirá primero por conocerla, después por verterse en su vida y finalmente por poseer todos los aspectos de su persona hasta el punto de no poder soportar más los celos que le crea el no poder conseguirlo.

Castel se muestra así como un ser obsesivo, caprichoso, ególatra, misógino… Las preguntas que me iba haciendo conforme leía su confesión eran, ¿cómo es posible que pueda soportar seguir leyendo un personaje tan abyecto? ¿qué hay en este personaje, en esta manera de pensar, en este exceso, en este falso arrepentimiento que me haga continuar queriendo saber por qué llegó a hacer lo que hizo? Si ya sé lo que hizo.

Ahí radica el talento de Sábato con su personaje, en ese retrato psicológico que te hace odiarlo por momentos, rechazar la grima que provoca, refrenar la ira que despierta e, incluso, comprender, si eso es posible, por qué sientes también cierta compasión.

Una novela que se lee de una sentada y que te atrapa en el túnel por el que transitan estos dos personajes desde que se conocen, un túnel que acabará abruptamente y no lo hará con una salida al exterior y a una luz esclarecedora.

Sobre el autor

Ernesto Sabato ([‘saβato];2​ Rojas24 de junio de 1911Santos Lugares30 de abril de 2011)3​ fue un escritorpintor y físico argentino. Su obra narrativa consiste en tres novelas: El túnelSobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador. También se destacó como ensayista en libros como Uno y el UniversoHombres y engranajesEl escritor y sus fantasmas y Apologías y rechazos, en los que reflexiona sobre la condición humana, la vocación de la escritura o los problemas culturales del siglo xx. Fue el segundo argentino galardonado con el Premio Miguel de Cervantes (1984) luego de Jorge Luis Borges (1979).


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Criopolis

octubre 10, 2023| Reseñas|3 Minutes

Canetenovela

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Qué bien me ha sentado volver a territorios Bujoldianos después de tanto tiempo y descubrir que todavía puedo disfrutar no solo de esta clase de ciencia ficción, aventuras galácticas, sino también de una autora como Bujold y de su personaje más emblemático: el hiperactivo e inteligente, además de pequeño gran auditor imperial, Miles Vorkosigan.

A destacar

  • Ciencia ficción
  • Aventuras
  • Complot político-corporativo
  • Miles Vorkosigan

Cuatro pinceladas de su argumento. La trama arranca con la huida de Miles, nuestro héroe protagonista, tras un secuestro frustrado. No saber que el Lord auditor imperial es alérgico a los anestésicos y que le producen el efecto contrario que la población general, se pone frenéticamente insufrible, evidencia lo chapucero de la actuación del grupo de secuestradores.
Ayudado por un niño que vive en la calle y con especial querencia por los animales, descubrirá el submundo de ese planeta que se ha dedicado a la criogenización como pilar de su economía y, sobre todo, de su cultura desde que se ha instaurado este método de «alargamiento» de la vida de manera artificial. Se verá envuelto también, más allá de la investigación del por qué una criocorporación quiere desembarcar en uno de sus planetas, Komarr, con una trama de corrupción, avaricia y chanchullos varios.
Personajes de nivel, como el propio Miles, Jin, el niño que lo rescata, su madre criogenizada, el embajador Vorlyn, su hermano Mark o Raven Durona, convertirán esta aventura en una delicia.
Una pena que Nova no haya continuado con la saga y este Criopolis, publicado en 2010, sea el último de la saga de los Vor que está traducido. Espero que se lo repiensen y acaben publicando los dos que quedan. Volver con Miles es siempre una apuesta segura.

Sobre el autor

Lois McMaster Bujold nació en Columbus (Ohio) en 1949. La crítica y el público la reconocen, unánimemente, como una de las mejores narradoras de la ciencia ficción de aventuras de los últimos años. Su obra se ha centrado en la serie protagonizada por Miles Vorkosigan, una saga de divertidas aventuras espaciales tratadas con ironía y humor. La serie ha obtenido gran éxito popular como atestiguan las impresionantes cifras de ventas y los muchos galardones: cuatro premios Hugo, dos Nebula, dos Locus y un Analog.

En 1992, apareció su primera novela de fantasía histórica, The Spirit Ring, ambientada en la Italia renacentista. Su más reciente obra es The Curse Of Chalion, inspirada en leyendas medievales hispánicas.


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Corrección

Canetenovela

octubre 5, 2023| Blog|9 Minutes

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Una de las fases indispensables del proceso de publicación es la corrección. Esta sucede cuando el trato entre el editor y el autor se ha cerrado y se han cumplido lo que hayan pactado sobre la entrega de manuscrito. Es decir, hay veces que el editor se hace con los derechos cuando el texto no está escrito o cuando va por la mitad o, incluso cuando ya se ha hecho con los derechos, todavía faltaría que el editor le proponga cambios al autor relacionados con la trama, con personajes, si faltan o sobran escenas (bueno, ese es el trabajo que tendría que hacer un editor, pero esto está en peligro de extinción)…

La corrección, por tanto, se produce cuando se da por cerrado el texto, cuando el autor decide que aquello ya está listo para que no se lea solo en petit comité para que sea público (publicar, vamos). Se entrega entonces a un profesional de la corrección el archivo sin maquetar y se le da una primera corrección que será obligatoriamente ortográfica y opcionalmente, dependiendo del texto, de estilo.

Ortográficamente no creo que tenga más misterio. Por utilizar un término militar que lo describe a la perfección: peinar el texto (siempre me viene a la cabeza la imagen de la parodia de Star Wars, Star Balls en que dicen: hay que peinar el desierto y en la siguiente escena están los soldados haciéndolo literalmente con peines enormes). Es decir, cribar el texto para encontrar los errores ortográficos y gramaticales que siempre se encuentran.

Una corrección de estilo, en cambio, pone el foco en otras cosas como la sintaxis, la extensión de la frase, el uso correcto de términos o, incluso errores de traducción o errores de conocimiento del autor. Por poner un par de ejemplos de estos dos últimos. En una novela publicada por Anagrama de un autor en lengua inglesa, se mencionaba uno de los cayos de Florida y se le nombraba erróneamente. Se hablaba de Cayo hueso, el más occidental de esas islitas y el mas cercano a Cuba, utilizando la traducción del nombre en ingles, Key West, es decir, Cayo Oeste. Este error de traducción no fue subsanado por una corrección de estilo y se publicó así (con lo bonito que es el nombre en castellano en comparación con lo prosaico del inglés).

El otro ejemplo que quería mencionar y que también he visto en una novela tiene que ver con la poca rigurosidad o la falta de conocimiento del autor. Explico: novela cuya acción se desarrolla en el intervalo entre la 1a y 2a Guerra Mundial. Cuando los protagonistas se referían a la 1a GM lo hacía así: 1a Guerra Mundial, cuando todavía no había habido una segunda… ¿cómo sabían que habría dos? Pues no lo sabían igual que el autor no sabía que antes de la 2aGM a la 1aGM se la llamaba la Gran Guerra.

Tras esa primera corrección ortográfica y, opcionalmente de estilo, y tras enviar el texto con los cambios marcados al autor para que los acepte o no, se maqueta el texto. Entonces se vuelve a leer y a corregir, peinando de nuevo el texto y poniendo el foco también en cómo queda la maqueta. Que no haya viudas, que no haya huérfanas (tres o cuatro palabras sueltas al inicio de página o al final). Que no se acumulen los guiones en la última palabra de una frase, que no haya venas… En fin, que la mancha que produce en la página la caja, esté correcta. Y a la vez, acabar de cazar los errores ortográficos que queden… Y este proceso puede hacerse unas cuantas veces… se las llama primeras, segundas, terceras… etc. Y su conjunto, corrección ortotipográfica.

Tras esto se cierra el texto y, por ese lado, ya se podría enviar a impresión. Aun así, se cuelan errores y nunca se encontrará un texto que esté perfecto. Es más, cuantas más correcciones se le hagan a un texto más caro será… por lo que en muchas ocasiones este proceso no es así… En la editoriales de autopublicación por ejemplo, hacen una pasadica y tira. Así te sacan más cuartos…

Sacabó

Quien haya ido siguiendo un poco este blog sabrá que pretende ser un diario de escritura y publicación. Ha llegado el punto de desenredarse de la maraña de expectativas que supone el término publicación y acogerse a otro: autopublicación.

Me puse de término para recibir respuesta de las editoriales un lapso de 4 o 5 meses. Es el lapso que sospecho fehacientemente (no tengo pruebas pero tampoco dudas) que dura su evaluación y su respuesta. Positiva o negativa. Si hubiese recibido una respuesta negativa (el silencio ya vale como tal) no hubiese habido cambios en lo que cuento. Si hubiese sido positiva por el término autopublicación se hubiese quedado en un cajón.

El caso es que, al no recibir respuesta, he puesto a rodar  el proceso (algo que me ha pasado factura anímica en la reentré: no sabéis la pereza que me daba).

Para mis novelas anteriores la fase de corrección ha sido más de andar por casa. O la he hecho yo o la ha hecho algún colega que tiene conocimientos suficientes pero que no se ha dedicado de manera profesional a la corrección nunca.

Eso me ha acarreado algún problema. De hecho, con Máscaras recibí una valoración de un lector que le ponía dos estrellas porque aunque la historia era magnífica (sic), la gramática era una mierda. Me puse en contacto con él y me envió una lista de errores que me dejó francamente sorprendido. Había leído Máscaras y se me habían pasado… no soy corrector, aunque alguna vez, durante un año, ejercí de ello. Al César lo que es del César a los correctores lo que es de los correctores.

Después de aquello, tuve mucho más cuidado y conseguí reducir mucho los errores.

Ahora sin embargo, he querido contar con un trabajo profesional y he contratado a una empresa de servicios editoriales que se dedica a la corrección. Me han enviado un presupuesto que sobrepasaba mis expectativas de gastos, pero pensé, qué coño, esta sí. Les ayudo a ellos y la novela va a quedar fetén.

Además, tengo la suerte de contar con un canal directo con la correctora que me esta mandando dudas y con la que estoy en contacto cercano. Esto me está ayudando tanto a revisitar el texto como a ver más de cerca ese trabajo tan invisible (cuando está bien hecho) como es la corrección.

La verdad, me siento un privilegiado.


Guerra mundial Z

julio 29, 2023| Reseñas|2 Minutes

Canetenovela

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Facebook no es lo que ers y ahora solo sirve, al menos para mí, para mirar recuerdos... hoy he visto uno que trataba de un libro y me ha parecido lo suficiente bueno como para ponerlo aqui. Se trata de un recuerdo de 2016 que alude a una lectura de 2011, espero que os guste..

A destacar

  • Zombies
  • Relatos
  • Caleidoscopio

A menudo suelo tener asociados recuerdos de mi vida a los libros que estaba leyendo en el momento en que esos recuerdos todavía no eran más que vivencias por vivir. Personajes, escenas, características, argumentos, lo que sea, se entrelazan con mis propios recuerdos (a veces es curioso y divertido, otras es un poco tedioso, pero qué le vamos a hacer). Este en concreto, me recuerda a una época que se remonta a hace exactamente cinco años. Una época difícil pero a la vez muy estimulante en la que el miedo estaba muy presente. Un miedo difícil de reconocer pero no por eso ausente. Pues bien, este libro más allá de una historia oral sobre zombies es una historia de personajes que luchan contra sus miedos y muchos de ellos vencen. Quiero pensar que yo también vencí los míos y aunque vayan apareciendo otros pueda sobrepasarlos como lo hice entonces… Buen viernes y, si empezáis las vacaciones, os deseo que las disfrutéis.

Sobre el autor

Maximillian Michael Brooks (Nueva York22 de mayo de 1972), más conocido como Max Brooks, es un escritor, guionista y actor de voz estadounidense. Es conocido por su novela Guerra mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi, que tuvo una adaptación cinematográfica en 2013. Es hijo del director Mel Brooks y de la fallecida actriz Anne Bancroft.


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Orlando

julio 25, 2023| Reseñas|4 Minutes

Canetenovela

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Vaya sorpresa me he llevado con el Orlando de Virginia Woolf. Teniendo en cuenta el periodo reaccionario en el que estamos inmersos, decidí que ya era hora de zambullirme en una obra tan insigne como esta.

Como sucede con muchas obras insignes (quizá el ejemplo más claro para mí fue lo que me sucedió con el Frankenstein de Mary Shelley) crees que lo sabes todo y no tienes ni idea. Yo me esperaba una obra vetusta y seria, un clásico con todos los elementos que hacen que, en muchas ocasiones, los clásicos me produzcan urticaria. Pero por suerte no fue así.

A destacar

  • Fantasía
  • LGTBIQ+
  • Humor
  • Parodia

Para empezar resaltaré el tono. Estamos ante una novela que llega a momentos de completa hilaridad, que, a través de su fantasía, coloca a sus personajes en situaciones esperpénticas que consiguen un doble objetivo: criticar la sociedad de las épocas en la que la longeva vida de Orlando transcurre (más de 300 años) y hacerlo a través del humor.
Orlando es un noble de alta alcurnia nacido en el siglo XVI con un pronunciado interés por la literatura y con los potentes para poder dedicarse a ella (algo en lo que coincido totalmente con Woolf, no consigue entender cómo es posible que haya autores que puedan compaginar la escritura con un trabajo de jornada completa–a no ser que tengas un trabajo como el mío). Su interés le hará relacionarse con personajes prominentes de su época y llevar a cabo durante siglos el intento de escribir un poema: La encina.
Más o menos a mitad de la novela y sin ninguna causa aparente, Orlando, cambia de sexo, lo que para él, ahora ella, no significa que sienta nada diferente en un principio. Me parece un auténtico acierto que Woolf haya creado un personaje así y le ayude, de paso a criticar el machismo de su época y cómo por el hecho de ser mujer el trato y los derechos, cambian.
Una novela sorprendente que, por momentos me ha recordado, salvando las distancias, el tipo de humor disparatado y absurdo que empleo en mi relato «El autor». Espero que no os parezca mal que lo mencione…
P.d. Antes de que lo olvide me parece una muy buena broma sutil que Woolf enmarque esta novela dentro del género de biografía. Es un chiste, una pequeña boutard que le confiere un toque delicioso.

Sobre el autor

Adeline Virginia Woolf (con apellido de nacimiento StephenLondres25 de enero de 1882LewesSussex28 de marzo de 1941), más conocida como Virginia Woolf, fue una escritora británica, autora de novelascuentosobras teatrales y demás obras literarias; considerada una de las más destacadas figuras del vanguardista modernismo anglosajón del siglo xx y del feminismo internacional.4

Durante el período de entreguerras, Woolf fue una figura en la sociedad literaria de Londres y miembro del grupo de Bloomsbury. Sus obras más famosas incluyen las novelas La señora Dalloway (1925), Al faro (1927), Orlando: una biografía (1928), Las olas (1931), y su breve ensayo Una habitación propia (1929), con su famosa frase «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción».5​ Fue redescubierta durante la década de 1970 gracias a ese mismo ensayo, uno de los textos más citados del movimiento feminista, el cual expone las dificultades de las mujeres.


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