enero 4, 2024| Reseñas|6 Minutes

Pirineo Noir

María Pérez Heredia

Mi gozo en un pozo.Pirineo Noir de María Pérez Heredia me llamó la atención por múltiples motivos. Para empezar es una novela negra española escrita por una autora joven y, eso, a mí ya me basta para querer darle un tiento. Si le sumamos además lo que presupone el título y la sinopsis del editor, estamos, en principio ante una novela criminal rural, es decir el escenario donde se desarrollará la trama, As Boiras, es un pueblecito del Pirineo aragonés. Y, con eso, uno presupone un ambiente asfixiante, una atmosfera primaria de personajes que se relacionan con cierto nivel de brutalidad que puede resultar atrayente.Añadir entonces la premisa que abre la novela, a saber, que la protagonista vuelve a ese pueblo de su adolescencia después de 26 años sin haberlo pisado porque los crímenes de un asesino que mataba niñas empiezan a repetirse, tiene que ser un éxito, ¿verdad? O, al menos, todo esto hace que mi hype se dispare.Nada más lejos de la realidad. Estamos ante una novela fallida, una decepción. Pero, ¿por qué?

A destacar

  • Novela negra
Soy consciente de que todo lo mencionado anteriormente son mis propias expectativas, de las que soy dueño y de las que me responsabilizo sin poner la carga en el talento de la autora de esta novela.
Dicho esto, le reconozco a Heredia su buen manejo del lenguaje y el ritmo. La autora sabe escribir, no es ahí donde falla la historia. De hecho, es lo único que me ha animado a seguir leyéndola y no abandonarla en la cuneta como hubiese hecho con otras novelas de este corte a los mandos de un autor menos diestro.
¿Qué es lo que hace aguas aquí?
Para empezar, la voz narrativa. Quien nos cuenta la historia en primera persona es la de la protagonista, Alice, una mujer cercana a la cuarentena, casada con un inspector de policía francés (podría equipararse a un Hodges de la serie mentes criminales, es decir, a un perfilador y perseguidor de asesinos en serie) y con el que está intentando desde hace bastante tener hijos (ya ha pasado por cuatro abortos y cuando empieza la novela está embarazada y con la esperanza de no perderlo). Esto no tendría que ser un problema si no se hiciera completamente insufrible por momentos debido a la postura victimista y a la defensiva con la que enfrenta cualquier situación. No solo con las personas del pueblo con las que se encuentre sino también con su marido, Kevin (cómo me molesta que autores españoles pongan nombres extranjeros a sus personajes, pero bueno, habría que ver qué frecuente es el nombre de Kevin en Francia), su madre o, al final, todos con los que se cruza. Esto al convierte en una voz antipática y cansina que acaba afectando mucho a la novela.
Para continuar, el ambiente. La novela pretende estar enclavada en un pueblito del Pirineo, pero más allá de cuatro rasgos, en realidad podría estarlo en un pueblo de mar o en cualquier otro lugar. Y, eso, para una novela cuyo título menciona una cordillera como la del Pirineo, pues, deja mucho que desear.
Finalmente, la propia trama. Arranca prometedora, pero pronto sabes, intuyes quién está detrás de los nuevos asesinatos e, incluso de los antiguos, a pesar de conocer al asesino convicto que acaba de salir de prisión porque está gravemente enfermo. Esto no debería ser un problema o, al menos, no lo sería para mí si al final ese asesino fuera verosímil, si entendieras sus motivaciones y todo cuadrase a la perfección o, al menos de manera satisfactoria. Pero eso no sucede aquí. Cuando al final se descubre (en realidad se confirma) quien está detrás de todo esto, ni el lector ni los personajes saben por qué. O, las razones por las que se llevaron a cabo los asesinatos no encajan, no tienen peso y se las lleva el viento…
Ah, lo olvidaba, está demasiado inflada. Le sobran, para lo que cuenta, al menos 150 páginas.
No quisiera extenderme en la escabechina hablando de los personajes, su psicología o lo absurdos que pueden llegar a ser. Baste la mención.
En fin, una novela completamente fallida que intenta aprovechar puntos fuertes del género y naufraga estrepitosamente. O, ya que se pretende fijar la acción en un pueblo de montaña, se despeña y nadie la echará de menos. Qué pena…

Sobre el autor

María Pérez Heredia nació en 1994 en Zaragoza. Debuta con Esos días raros de lluvia (Eclipsados, 2013),4​ novela que empieza a escribir con 17 años y publica con 19.5​ Su blog Días raros de lluvia, aunque desde 2015 no está activo, le ayudó como ejercicio de escritura entre el final de su primera novela y el inicio de la segunda.6


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