El imperio del vampiro

agosto 23, 2024| Reseñas|7 Minutes

Canetenovela

Jay Kristoff

No tenía la menor intención de leer El imperio del vampiro de Jay Kristoff hasta hará unas pocas semanas. Por supuesto, sabía que existía, lo había visto por ahí, pero no estaba dentro de mis objetos de deseo en esto de leer. Sin embargo, a raíz de la presentación de No es como la esperábamos, mi primo, lector constante cuando le dejan, me la recomendó y, otro día que quedamos a comer, me la trajo.

No sabía nada de la historia y lo que me sedujo fue el objeto libro en sí (ya ves tú qué prosaico, pero así fue): su peso, su ilustración de portada y su extensión. Perfecto para agosto. También, por supuesto, el título me acabó de convencer: hacía mucho que no leía nada de vampiros. Y qué sorpresa me he encontrado...

A destacar

  • Fantasía de espada y brujería
  • Grimdark
  • Religión, folclore y mitología muy trabajados y atractivos

Cuatro pinceladas acerca de su argumento.
La acción arranca cuando Gabriel de León, el último de los santos de planta (¿qué será eso? Empezamos fuerte) es capturado y obligado a contar su historia. A partir de ahí se dislocará la trama en tres momentos entrelazados: su iniciación como santo de plata, su contacto con «El grial», elemento que puede acabar con la muerte de los días (un fenómeno atmosférico que sucedió hace 27 años  y que permite que todos los vampiros de cualquier clase y condición caminen durante el día y acaben con los reinos humanos) y el presente de la novela en que nuestro protagonista, como decía, Gabriel de León es prisionero de un vampiro que le obliga a que le cuente su historia.
No contaré más, creo que tiene suficiente atractivo y la manera de entrelazar los diferentes momentos ayuda a contextualizar ese mundo rico en detalles que nos propone Kritoff. Porque sí, creo que a esta novela no le sobra mucho teniendo en cuenta todo el escenario que nos plantea: un mundo medieval en caída libre desde la muerte de los días que cuenta con numerosos detalles políticos (quien manda), sociales (jerarquías y clases), religiosos (una fe parecida al cristianismo y sus dogmas y cuentos) y folclóricos (vampiros y sus castas, criaturas diversas, lugares mágicos). A eso hay que sumarle las fuerzas vampíricas de diferentes familias asediando los reinos humanos y prometiendo su caída inexorable. En ese sentido tiene un toque apocalíptico muy habitual en las historias de zombis. Algo que desde mi perspectiva, le aporta atractivo.
Por otro lado, los dos narradores, uno omnisciente que nos habla del momento en que Gabriel se entrevista con Jean-Fançoise (al vampiro del que es prisionero) y el propio Gabriel que nos cuenta los dos momentos en su historia, enriquecen la historia de una manera peculiar. Y digo peculiar porque la mayoría de las veces en que me he encontrado este recurso, me ha chirriado y me ha hecho pensar en la poca destreza del autor. Algo que no sucede con Kristoff, que controla muy bien el ritmo y la acción y el recurso del narrador omnisciente le permite proporcionarle al lector pequeñas burbujas de oxígeno cuando la densidad amenaza con ahogarle.
Por otro lado, a pesar de que la perspectiva parte de una primera persona, los personajes son ricos en matices y cambian a lo largo de la trama, algo muy deseable cuando te enfrentas a 930 páginas.
Añado un par de anotaciones para finalizar. La violencia, el sexo y la brutalidad es explicita sin ser urticante. En ese sentido me recuerda a Lord Grimdark, ya sabéis, el bueno de Abercrombie que es un maestro en estas lides.
Y, la misoginia. He leído en alguna crítica que esta obra lo es y no solo en su superficie sino en su fondo: profundamente misógina. Quizá es porque por mi propio sesgo de hombre cis tengo puestas las anteojeras de un burro, pero yo no la he apreciado. Es cierto, es un mundo misógino el que nos describe, un mundo medieval, patriarcal y lúgubre, como lo pudo ser nuestro pasado medieval o como puede ser el mundo en que vivimos ahora. Pero la actitud del protagonista no creo que sea machista o misógina, más bien creo que intenta enmendarse o al menos tomar consciencia de lo machista del mundo en que vive. Algo que intentamos hacer muchos. Tengo la sensación ultimamente de que se confunde la forma con el contenido. No por describir algo machista se es machista… En fin que no me lío…
Una buena novela, disfrutable, devorable y que deja con ganas de más.

Sobre el autor

Kristoff nació en Perth, Australia, en 1973.2​ Ya desde niño, Kristoff leía con frecuencia y jugaba a juegos de mesa,3​ incluyendo Dragones y Mazmorras.4​ Kristoff es de 6’7″ de altura.5​ Se graduó de la universidad con un grado de arte.6​ Trabajó en publicidad creativa para la televisión durante once años antes de comenzar su carrera literaria.7​ Vive en Melbourne, Australia, con su esposa y un Jack Russell Terrier, de nombre Samwise.


Más reseñas


Presentación

Canetenovela

julio 11, 2024| Blog|19 Minutes

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Ayer tuve el placer de poder presentar oficialmente mi última novela «No es como la esperábamos» acompañado de amigos. Fue un gustazo y se me ha ocurrido trasladar aquí la presentación que preparó Jordi Juncà.

Espero que os guste:

 

Muchas gracias a todos por venir, e interesaros por la presentación de la nueva novela de César Cañete, No es como la esperábamos . Antes de meternos de lleno en la conversación que compartiremos con el autor, me gustaría primero presentarlo (aunque muchos de vosotros ya lo conocéis de sobra) y después esbozar algunas impresiones que me ha producido la novela, a modo de introducción. Como muchos de vosotros ya sabréis, César ha publicado hasta la fecha cinco libros diferentes. El primero de todos fue Máscaras , una novela negra que publicó allá por 2017, y que si no me equivoco, escribió en un rinconcito de la República Dominicana. Después le siguieron Hijos de una violencia y sutil y La verdad sobre el caso del Sr. K , cerrando así una trilogía que lo convertirían a César en un auténtico especialista del género. Un poco más tarde cambió de registro, publicando un breve libro de relatos, nunca supe escrivir , que empezaría a desmarcarse de su obra anterior. Una tendencia que ha confirmado con la publicación de la novela que presentamos hoy, y que, desde luego, supone un giro en su obra, por lo menos a lo que al género se refiere. Algo de lo que, sin duda, hablaremos más adelante. César es, además de escritor, un lector compulsivo. Como prueba de ello, no solo tenemos las reseñas que nos dedica en su página web y su canal de youtube, sino su larga experiencia en el sector editorial que, más allá de la relevancia que pueda tener por sí misma, sin duda explica este libro que tenemos hoy entre las manos. De hecho, aprovechando la tesitura, me gustaría decir que esa experiencia es para mí uno de los grandes atractivos del libro, pues en mi opinión actúa como una especie de Caballo de Troya, que nos ayuda a entender el mundo editorial desde dentro, alejado de los mitos y los romanticismos que a veces lo rodean. Para terminar esta introducción, me gustaría hablar brevemente de cuáles son para mí los motivos que hacen de esta novela una lectura más que recomendable. En primer lugar, y como ya te dije en su día, César, considero que desde el primer momento uno tiene la sensación, al leer el libro, de que se ha sentado contigo en un bar y nos hemos puesto a hablar de la vida. Lo cual, habla sin duda de una escritura impecable, pues muchas veces la mejor literatura, como decía y practicaba Hemingway, es aquella que precisamente se esconde tras una aparente sencillez y simplicidad. Por otro lado, para mí, esta novela nos habla sobre todo de nostalgia, pero en este caso de la buena. Aquella que, al obligarnos a volver la mirada al pasado, nos permite entender un poco mejor quiénes somos y cómo hemos llegado al momento presente. Un sentimiento que recorre toda la obra, mostrando cómo los recuerdos van convirtiéndose poco a poco en relatos — como dices tú mismo en la novela, somos al fin y al cabo animales narrativos — que con el tiempo van convirtiéndose casi en mitos, aunque sean personales. No es como la esperábamos es para mí también una interesantísima exploración de la condición humana, pues en muchos casos no solo se limita a contarnos una serie de hechos, sino que se detiene en contarnos las líneas de pensamiento que condujeron a tomar ciertas decisiones, lo cual sin duda nos incumbe a todos. Y dicho todo esto, si te parece bien, César, voy a proceder a acribillarte a preguntas.

Preguntas

PREGUNTAS

Sobre el género y la autoficción

1. Como comentaba en la introducción, esta novela supone un cambio evidente de rumbo respecto a las anteriores, al adoptar las formas de la autoficción. Así que, para empezar, parece que la pregunta es obligada: a qué se debió ese cambio de género?

Bien, siempre que he publicado alguna de mis novelas de género negro, alguno de los lectores, me ha sugerido que escribiese otro género: novela histórica, ciencia ficción, terror, guiones… Pero nunca hice caso porque al fin y al cabo escribía lo que quería escribir. La autoficción es un género que lleva ya unos cuantos años asociado al prestigio en la literatura, parece que nada de lo que aspire a tener algo de calidad pueda ignorarlo y, sin embargo, dadas sus características (literatura del yo en estado puro que no se sustenta en la verosimilitud ni la fabulación sino en la experiencia incontestable del narrador y, por tanto en la pereza), nos han colado bastantes bodrios haciéndolos pasar por excelentes ejemplos de arte impreso.

Me he pasado años criticándola, pero hubo un momento en que decidí que quizá era hora de que yo probase suerte. Y es por eso que me lancé a ello.

2. Hablas en la nota de autor sobre tu animadversión por el género de la autoficción, criticando de algún modo que subvierte o rompe el pacto narrativo habitual de la novela, en el que el lector se aviene a suspender su incredulidad. Después de haber escrito una autoficción, cómo cambia tu perspectiva?

En realidad, no tanto porque si bien escribir una autoficción me ha demostrado que no es algo tan fácil como yo pensaba, también que lo que pensaba de ese pacto narrativo, es decir, que la suspensión de la incredulidad del lector recae en el narrador y no en la verosimilitud como en la ficción, permanece intacto.

Por lo demás, lo he disfrutado como ejercicio de memoria y de sentido y, admito, me lo he pasado pipa con los recursos discursivos que permite y que en la ficción convencional no tienen encaje tan cómodo.

3. En qué cambia escribir una novela como Máscaras, totalmente ficcional, a escribir una como No es como la esperábamos ?

En la fabulación y por tanto en el trabajo que conlleva conseguir verosimilitud.

4. Además de una autoficción, crees que puede decirse que esta es también una novela romántica?

Creo precisamente que es lo contrario aunque describa una relación romántica (una relación de pareja). Creo que pretendía describir el choque entre expectativas y realidad tanto ante una primera relación de pareja importante y verdaderamente significativa y el primer asalto al mundo profesional y el inicio de una carrera.

5. Hacia el final de la novela mencionas la posibilidad de que el autor tenga una cierta responsabilidad cuando habla de alguien más o menos identificable, sobre todo cuando no lo hace necesariamente para bien. Cómo has llevado ese asunto, tras la publicación de la novela?

Creo que he conseguido que el libro traslade la idea de que hay que ser muy cuidadoso, honesto y ecuánime a la hora de contar experiencias íntimas compartidas por dos personas dado que quien las explica, el narrador en este caso, parte de una posición de poder que no podrá contestar la parte contraria. También diré que las dudas que se plantean a este respecto se me han disipado con la publicación: los hechos, vergonzosos o no, gozosos o no, sucedieron y cada uno actuó de una manera. No sé por qué debería ocultar eso aunque deje mal al narrador o a la persona que participase.

El mundo del libro

1. Hablas a veces de algunas de las cosas que hiciste en el departamento de foreign rights, y otras actividades vinculadas con la edición y la lectura profesional. Era tu intención aprovechar la historia para contar los entresijos del mundo editorial o simplemente ocurrió?

No fue premeditado pero a la hora de plantearme las dos líneas argumentales que conducen la historia de esta novela, la del mundo editorial, me pedía que explicase esos entresijos para entender las decisiones, el estado mental, la salud emocional del protagonista. Por eso, para que los lectores pudieran ponerse en su piel debían saber cómo funciona. Si además, eso servía para desromantizarlo y salsear un poco, mejor.

2. Qué vino antes, la historia de amor que recorre casi toda la novela o la historia del mundo del libro?

Vinieron a la vez. Están completamente entreligadas y era imposible separarlas ya que la historia de amor se retroalimenta de lo que sucede en el mundo del libro porque es compartido.

3. Hablas del entorno en el que te criaste, que en resumidas cuentas te ayudó a medir bien el valor de las cosas. Crees que eso te permitió ser capaz de pensar en la carrera de la literatura como una posibilidad real de subsistencia? Hasta qué punto es real que el sector del libro es precario?

Bueno, conforme me he ido acercando al objetivo de escribir he ido comprobando lo difícil que sería vivir de escribir. Tengo la suerte de contar con unas posibilidades socioeconómicas con las que otros no han contado que me han permitido dedicarme a estudiar carreras que en principio no parecen tan fructíferas como otras, pero siempre he sabido que si quería dedicarme a esto más valia que me diese cuenta que lo que hago no sirve para dar de comer pero sí alimenta.

4. Crees que en el mundo editorial hay más vocación o ambición?

Hay de todo pero si solo tienes vocación no llegarás lejos y si solo tienes ambición sí. Se disimula muy bien la mediocridad si sabes qué resortes tocar y si tu ambición es tan voraz que ni tiene límites ni se les espera.

5. Hablemos del momento en que te encuentras con la paradoja de que en el primer día de trabajo del narrador, cuando le piden que se encargue de la gestión de las devoluciones, resulta que tiene que destruir libros en lugar de hacerlos. Cuando lo leía me preguntaba: qué nos dice eso del sector editorial? No sé si podrías ayudarme a responderla.

Pues lo que nos dice es que a pesar de su imagen romántica es como cualquier otra industria capitalista actual que pone por delante los resultados económicos de crecimiento infinito a cualquier otra consideración.

Aspectos de la novela

1. En ocasiones parece que pueda haber paralelismos entre la relación amor-odio entre Malinche y el narrador, y entre el narrador y su desempeño con el mundo editorial. Estas de acuerdo con esta afirmación? Crees que puede contribuir al sentido del libro?

Sí, porque en ambas relaciones lo que sucede es que existe un choque entre expectativas y realidad y eso siempre lleva a un conflicto que puede despertar sentimientos encontrados. Si se quiere llamar relación amor-odio, me parece bien, pero quizá sería más propio algo así como ajuste con la realidad.

2. En la última película de Pixar, Inside Out 2 , la emoción de la nostalgia aparece fugazmente en un par de ocasiones. Las demás emociones, en el transcurso de la película, muestran su razón de ser y sus ventajas evolutivas. Sin embargo, la nostalgia parece tener un papel residual, lo cual me hizo preguntarme sobre los beneficios que puede aportarnos nuestra capacidad de volver la mirada hacia el pasado. Y a ti, de qué te ha servido recordar a partir de esta novela?

Me ha servido para encontrar un sentido que parchee y refuerce mi identidad. Echar la vista atrás siempre es importante para despertar el sentimiento de pertenencia, por ejemplo, o la alegría de lo vivido. Pero creo que puede ser peligroso si se pretende emular un pasado que ya no existe y que no existirá nunca más. Puede ser paralizante e intentar vivir en el pasado te roba el presente. Es como los refugiados emigrantes involuntarios: el mundo que se vieron obligados a abandonar ya no existe y nunca encajarán en el mundo en el que han recabado.

3. La novela empieza más o menos cuando el narrador termina el máster en Edición y conoce a Malinche, y termina cuando termina (obviamente no lo voy a revelar aquí). Qué crees que tuvo esa etapa de tu vida que la hiciera más novelable que otras? Y una segunda: te verías capaz de novelar cualquier otra etapa de tu vida? Y quizás una tercera: qué crees que necesita una experiencia vital para convertirse en carne de novela?

Creo que cualquier etapa de la vida de cualquiera es novelable dependiendo del enfoque y el elemento biográfico del que se parta. Me he dado cuenta de que esta es una novela de iniciación aunque yo ya estaba iniciado en muchas cosas. Pero sí, creo que cualquier experiencia vital dependiendo del enfoque

4. En uno de los últimos capítulos, comentas que Neil Gaiman habla de la reescritura como una manera de fingir que todo en el texto estaba planificado, cuando realmente no es así. En el caso de tu novela, ¿hasta qué punto hubo improvisación?

Hubo improvisación dentro del margen que da contar una historia lineal que tiene ciertos puntos que deben ser contados para que acabe siendo una historia con coherencia. Y esos puntos venían dados no tanto de la fabulación sino de la memoria. Alguno podía esquivarse y en ese espacio que dejaba podía entrar la improvisación.

5. Cuando uno termina la novela, sobre todo si te conoce, se queda con la duda de cómo terminó tu experiencia en el sector editorial. Aunque no voy a preguntártelo hoy aquí, sí que me interesaría saber si tienes pensado escribir sobre eso en tu próximo libro, que sé que estás escribiendo.

Este es el primer volumen de una serie que todavía desconozco cuántos integrara. Me planteé esta serie con el título «Crónicas de un superviviente editorial» y pretendía ir avanzando desde el pasado hasta el presente pasando por todas las editoriales en las que he trabajado. Sin embargo ya en No es como la esperábamos me di cuenta que daba mas de sí y que con los volúmenes que había proyectado no habría suficiente.

Ahora ya tengo un primer borrador de la continuación, pero estoy en ese momento en que lo estoy dejando respirar antes de acometer la tarea de revisión. Veremos qué sale de esto…


La mujer fugitiva

junio 20, 2024| Reseñas|5 Minutes

Canetenovela

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Hay que hacer caso de las recomendaciones. Al menos de algunas. Al menos de las que recibo en algunos de mis vídeos de youtube hablando de novela negra. De lo contrario, no estoy seguro de que hubiese llegado a Alicia Giménez Barlett y a su magnífica Petra Delicado.

Aunque es verdad que no es mi primera aproximación a la autora ya que me equivoqué porque Donde nadie te encuentre, la novela por la que me decidí a empezar, no pertenece a las aventuras de la detective de la policía nacional, Petra Delicado. Sin embargo, fue un acierto porque así como aquella novela la disfruté, me sirvió también para leerme esta La mujer fugitiva. Y adelanto: por fin otra autora de novela negra española que merece la pena.

Y, ¿por qué?

A destacar

  • Novela negra
  • Novela policial
  • Protagonista femenina

Para empezar, el caso al que se enfrenta Petra Delicado. En esta última entrega Tendrá que resolver un asesinado que no tiene nada de efectista, que guarda un perfil bajo y que, por ello, es una auténtica delicia. Estoy harto de esas novelas grandilocuentes en que parece que el mundo se detiene porque se ha cometido un crimen y, por tanto, todo lo que suceda debe ser asombrosamente cautivante. No, aquí, la investigación pivota alrededor de la muerte del cocinero de un Food truck. Por supuesto, eso levanta el lógico revuelo pero no es como si Ted Bundy estuviera dándose una vuelta por las plazas mayores de localidades catalanas.
Para seguir, Petra Delicado. Tenemos una inspectora de la policía nacional de carne y hueso que rebosa verosimilitud por los cuatro costados, con sus defectos y virtudes humanas. Combina como puede su vida familiar en compañía del tercero de sus maridos y los hijos de este con su actividad profesional que ha condicionado su vida a través de las decisiones conscientes que ha ido tomando y que, en ocasiones, provocan colusión.
Y finalmente, Fermín Garzón. Subalterno de Delicado es su contrapunto y el que ofrece tanto el alivio cómico que rebaja la tensión (en forma de aburrimiento o de excitación según los altibajos de la trama) de la investigación como las perlas reflexivas que acompañan al texto, tanto en la dimensión social (tipo de trabajo, inmigración etc) como en la individual (relaciones de pareja, patriarcado, marginalidad…).
Con estos ingredientes estamos ante una novela que se desenvuelve con suavidad y que es esa su principal virtud. Teniendo en cuenta la tendencia speedíca del thriller actual que parece no querer soltar al lector ni para que respire (señora, suélteme el brazo), es una apuesta arriesgada que, desde mi punto de vista, sale más que victoriosa.
Su anticlímax final, perfecto y acertado, deja el sabor de boca amargo de un Gintónic…
Seguiré leyendo a Barlett, seguiré frecuentando a Delicado.

Sobre el autor

Alicia Giménez Bartlett (Almansa, Albacete, 1951) ha publicado, entre otras, las novelas ExitUna habitación ajena (Premio Femenino Singular 1997), Secreta PenélopeDías de amor y engaños, el gran éxito Donde nadie te encuentre (Premio Nadal de Novela 2011) y Hombres desnudos (Premio Planeta 2015). Con la serie protagonizada por la inspectora Petra Delicado se ha convertido en una de las autoras españolas más traducidas y leídas en el mundo: Ritos de muerteDía de perrosMensajeros en la oscuridadMuertos de papelSerpientes en el paraísoUn barco cargado de arrozNido vacíoEl silencio de los claustrosNadie quiere saberCrímenes que no olvidaré, Mi querido asesino en serie Sin muertos. Ha recibido los prestigiosos premios Grinzane Cavour en Italia y Raymond Chandler en Suiza. Actualmente vive en el campo, en el término municipal de Vinaròs.


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Peregrinos de la belleza

mayo 27, 2024| Reseñas|4 Minutes

Canetenovela

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No soy un lector avezado de libros de viaje. Mi experiencia se reducía hasta hace bien poco a Canta Irlanda de Javier Reverte y porque me crucé con él en mi devenir profesional. Guardo un muy buen recuerdo de esa lectura y la pregunta que me he hecho en muchas ocasiones cuando lo he evocado ha sido, ¿con lo que te ha gustado, qué libro de viajes será el próximo?

Peregrinos de la belleza de María Belmonte ha llegado a mi acervo lector para quedarse y responder con contundencia a esa pregunta. Qué afortunado y satisfecho me encuentro tras cruzarme con este título que nos muestra a través de las semblanzas de las vidas de personajes históricos y atractivos su paseo geográfico y emocional por Italia y Grecia. Todo combinado por la propia experiencia de la autora en esos lugares cuyos vestigios del mundo clásico que encarnaron todavía irradian un magnetismo inconmensurable.

Pero, ¿quiénes fueron esos peregrinos de la belleza?

A destacar

  • No ficción
  • Libro de viajes
  • Grecia e Italia
  • Personajes históricos

A través de figuras que ya conocía como Henry Miller, Lawrence Durrell o D.H Lawrence, Belmonte nos muestra lugares que ocuparon una importante parcela de su vida, tanto por el tiempo que pudieran pasar allí, como por la importancia que tuvieron emocionalmente en su realidad (Miller, por ejemplo, más allá de relatar su viaje en El coloso de Marusi, guardó esos lugares en su mundo a pesar de vivir el resto de su vida en Big Sur, California). Y es que una de las ideas preponderantes en el libro es que la magia de Grecia e Italia, su belleza y el impacto inefable que producen estos lugares, se queda en la piel como el salitre del Mediterráneo una vez te zambulliste en él.

Si bien ha sido un placer, gracias a la buena pluma de la autora, recorrer la vida de estos autores a través de su relación con estos lugares, lo ha sido más aún descubrir nuevas figuras fascinantes. El médico Axel Munthe, altruista y escritor, que acudía a cualquier crisis o epidemia en que pudiese ayudar con su perro y temporalmente acompañado por una burrita y cuya vida estuvo profundamente ligada a Capri. Patrick Leigh Fermor, Paddy, el inglés que secuestró a un general alemán durante la II GM en Creta y con una longeva vida que nada le tiene que envidiar a la que vimos de Indiana Jones en las pantallas de los cines. O Johann Wincklemann que despertó la pasión por el mundo antiguo durante el siglo XVIII y acabó su vida en lo que podría ser un True Crime actual.

Una gozada de lectura para cualquiera, pero para alguien cuyo interés en el mundo antiguo pasó por el estudio de Humanidades, se convierte en un indispensable. La sensibilidad de Belmonte, su documentación y la pasión con la que transmite su amor por Grecia e Italia y el mundo clásico acompañarán al lector durante su recorrido por estas páginas evocadoras. Desde que lo leí, no hago más que pensar en visitar estos sitios. Qué maravilla.

Sobre el autor

María Belmonte Barrenechea (BilbaoEspaña,1953) es una escritora, traductora, investigadora española e intérprete de catalán y español.1​ Entre sus obras literarias destacan Peregrinos de la belleza. Viajeros por Italia y Grecia (2015), Los Senderos del mar (2017), En tierra de Dioniso (2021), El murmullo del agua (2024) .2 


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Cada uno de su mater y de su pater

Canetenovela

mayo 3, 2024| Blog|3 Minutes

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La semana pasada tuve la suerte de firmar en Sant Jordi en la parada de la librería Maite. No entraré en detalles de cómo fue, solo diré que fue fenomenal. Una experiencia reconfortante donde las haya.

Me quiero centrar en la casualidad. Es casual que una amiga que veo de tanto en tanto porque vive en otro país se pasara precisamente delante de la librería a la hora que yo firmara y me viera. Y es casual porque tampoco es que viva cerca de allí o supiese que yo firmara (no tiene redes sociales). No vino exprofeso a verme. Lo cual además de ser una sorpresa, fue de las agradables (como muchas de las cosas que están pasando con la publicación de No es como la esperábamos).

Por supuesto, habiéndose leído las novelas anteriores, no quiso desaprovechar la oportunidad de hacerse con No es como la esperábamos y que, además, se la firmase. Por lo cuál yo estaba encantado.

Reencuentros

Anoche quedamos para cenar, esta amiga, con el resto del mismo grupo que compartimos una experiencia inolvidable de hace 20 años y que nos mantiene, hoy día, en contacto y formando parte, con mayor o menor peso, más o menos tangencialmente, de la vida de unos y otros.

El caso es que ya se había leído la novela, le había gustado y, conociéndome, quería preguntarme ciertas cosas para ver si sus sospechas no iban desencaminadas. Algunas o iban otras no.

Pero no es eso en lo que me quiero centrar. Le pregunté si le había aburrido la línea argumental de la entrada en el mundo profesional, en el mundo editorial. Si creía que daba mucha o poca información, si le interesaba, si se lo hubiese saltado. Y me dijo que no, entre sorprendida y pensativa. No, eso no le había aburrido.

A mí, dado que muchos lectores sí me han dicho que esa parte no les interesaba, me dio por pensar que cada uno somos de nuestra madre y de nuestro padre, que para gustos colores y que la interpretación de cada uno acerca de lo que lee, lo que le interesa, lo que le gusta de lo leído, es suya. El autor no tiene nada que hacer una vez publica. Lo que haya escrito, pertenece al lector.

Es algo que ya sabía, pero me gustó comprobarlo de nuevo…


La llamada

abril 10, 2024| Reseñas|5 Minutes

Canetenovela

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La llamada de Leila Guerriero es la semblanza, el retrato periodístico de Silvia Labayru, secuestrada durante los inicios de la dictadura de la junta militar y superviviente tras un año y medio retenida.

Cualquier testimonio de la represión homicida de cualquier régimen político que ejerza su tiranía sobre la población, me interesa. Si se añade que tengo especial interés en el cono sur (Chile y Argentina, concretamente) y que conozco poco del tema, este libro era para mí. Y lo ha sido, con sus peros, por supuesto...

A destacar

  • Retrato periodístico
  • Dictadura
  • Superviviente

No había leído nada de Leila Guerriero por más que la conociese por artículos sueltos o porque su nombre ha sonado en el radar que siempre llevo conectado. Me interesan los libros testimoniales, pero este no es uno de ellos por más que se nutra de testimonios para armar sus vericuetos. Aquí la voz de la autora es tan importante como lo que cuenta porque lo hace desde su perspectiva, desde su marco mental, sin intentar ser neutral u objetiva, La Silvia Labayru que se nos presenta lo hace a través de lo hace a través de los ojos de Guerriero, de lo que le provoca a ella el personaje y de lo que le provoca a ella lo que dicen de ella sus compañeros supervivientes, sus parejas, sus hijos, sus amigas, sus lazos emocionales a la vida. No se esconde nada ni se maquilla nada, solo pasa todo a través del tamiz de Guerriero.
Y es que hay mucho que tamizar porque Labayru es una mujer cuya historia ya daría para varias novelas (las hay) y cuya persona, ella misma ya es un personaje, podría dar para varias series. Y es de que joven despampanante (de provocar roturas de cuello al girarlo para verla pasar) de familia bien, de familia de militares, de colegio bien pasó a ser montonera, a hacer atentados, a estar concienciada social y políticamente y a, por supuesto, convertirse en un objetivo de la represión de la junta militar.
Cuando la secuestraron estaba embarazada de su primera hija y dio a luz sobre una mesa en un cuartucho de la ESMA (la Escuela de Mecánica de la Armada, trágico e infausto lugar que no sé si conservará su estatus actual de museo de la memoria tras el paso de Milei). Bajo la amenaza constante a su vida y a la de sus seres queridos, se vio obligada a aceptar pasar por lo que llamaban proceso de recuperación. Un estado de amenaza constante en el que debían fingir que consentías en todo lo que te pedían (exigían) sin oponerte y con una actitud sumisa.
Durante ese año y medio, la torturaron, dio a luz, trabajó, viajó al extranjero, fue violada (incluso por una mujer, ya que su violador la llevó en varias ocasiones a montar un trío con su esposa) y cuando consiguió escapar o, mejor dicho, que la soltaras, se tuvo que enfrentar a la cancelación de sus propios compañeros: si habías sobrevivido, era porque eras un traidor.
No sigo porque a pesar de no destripar apenas nada que no se sepa ya, prefiero dejar al descubrimiento del lector que quiera adentrarse en este retrato sus mejores puntos. Diré que el enfoque que hace Guerriero de la vida de Labayru me parece acertado porque es concéntrico, es decir, va dando vueltas y ampliando esos circulos narrativos añadiendo información, pero partiendo del hecho central: el secuestro, la llamada que le salvó la vida.
El principal pero que le puedo poner es que es demasiado extenso, que en algún momento se pierde en el exceso del retrato de Labayru, que repite y, a veces funciona, y repite y, a veces no.
De cualquier forma me parece un retrato necesario.

Sobre el autor

Leila Guerriero (Junín, 17 de febrero de 1967) es una escritoraperiodista y editora argentina.1


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Kalpa imperial

abril 2, 2024| Reseñas|5 Minutes

Canetenovela

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Llegué a Angélica Gorosdicher y a su Kalpa imperial por prescripción. Ni siquiera había oído hablar de ella y de su emblemática novela. Y me extrañó cuando me enteré de que es una de las damas de la novela de ciencia ficción y fantasía en lengua castellana o que Ursula K. Leguin (autora que adoro) la recomendaba siempre que podía e, incluso, tradujo al inglés este Kalpa imperial.

Con todos esos antecedentes, cuando me enteré de que Minotauro lo había vuelto a editar, tardé poquísimo en adquirirlo y, menos, si eso fuese posible, en leerlo. Y qué sorpresa...

A destacar

  • Fantasía
  • Voz narrativa en 2a persona
  • Novela de relatos

Para empezar, no sabía que me iba a encontrar con una novela de relatos. No suelo leer cuentos o relatos. Estoy tratando de cambiar esa tendencia por lo que fue agradable encontrarme con algo así sin buscarlo. Digo novela de relatos porque, a pesar de ser de temáticas muy diferentes, todos guardan una relación geográfica y política. Es decir, ocurren en el mismo lugar y hacen referencia a hechos «históricos» o «legendarios» del imperio. El imperio mas vasto y más longevo (con sus destrucciones y reconstrucciones) de la historia de un planeta cuyo nombre no conoceremos.
También mantiene una coherencia en su forma ya que todos los relatos (11) están narrados en 2a persona. Algo que también me encantó porque es una de esas voces narrativas escasas y difíciles que añaden un talante especial a la ficción: el lector se ve interpelado y asiste a lo que sucede casi como un espectador. Y lo digo porque Gorodischer emula la literatura oral, es decir, esos textos que empezaron siendo recitados y pasaron a ser escritos: poemas épicos, por ejemplo. El narrador de estos cuentos, si bien no es posible identificarlo como una voz que pertenezca a un único individuo, sí es, en todos ellos, un cuentacuentos, un storyteller total a falta de un término más apropiado. También intervienen otros personajes que conversan con este narrador, así que tenemos una multiplicidad de voces, en algunos relatos, que enriquecen aún más el texto.
Pero quizá lo que más me ha sorprendido es que de primeras y habiendo sabido lo que aquí reseño, hubiese pensado que no era un libro para mí. Me hubiese entrado pereza al enfrentarme a un texto así. Os lo aseguro. Y, sin embargo, es gracias a la forma de escribir de la autora que no he podido dejar de leerlo. Irónica, divertida, detallista, la prosa de Gorosdicher fluye de manera musical y su melodía se me ha emparejado al gusto. La he disfrutado mucho.
Súmale a eso las ideas que baraja. La destrucción y reconstrucción constante del imperio. Un leimotive que recorre todos los relatos y que da una medida de los efectos del tiempo en sus ambas facetas, la de la creación, crecimiento y prosperidad, por un lado, y la del deterioro, decadencia y destrucción por otro.
También las contradicciones humanas de personajes que pueden ser muy buenos y muy malos a la vez, junto con personajes no binarios importantes, mujeres en posiciones de poder, la estulticia, la mediocridad, la inteligencia. Todo cabe en Kalpa imperial.
Una lectura que recomendaría a todo lector pero que no es para todo lector.

Sobre el autor

Angélica Gorodischer es narradora. Escribió numerosos libros, entre los que figuran Jugo de mango (1988), La noche del inocente (1996), Cómo triunfar en la vida (1998), Menta (2000), Kalpa imperial (2001), Doquier (2003), Historia de mi madre (2004), Tumba de jaguares (2005), La cámara oscura (2009) y Tirabuzón (2011). Recibió, entre otros, los premios Konex de Platino, Emecé (por su novela Floreros de alabastroalfombras de Bokhara, publicada en 1985), Más Allá, Esteban Echeverría y Dignidad, otorgado por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos por su trabajo en pro de los derechos de la mujer. En 2011, en Estados Unidos, le otorgaron el World Fantasy Award a la trayectoria. Sus cuentos figuran en antologías del país y del extranjero. Ha sido traducida al alemán, inglés, francés, italiano, ruso, checo y portugués.


Más reseñas


Las malas

marzo 19, 2024| Reseñas|4 Minutes

Canetenovela

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No he podido evitar leer Las malas de Camila Sosa Villada con Tengo miedo torero de Pedro Lemebel asomando en el borde de la página. No solo porque la sensación que tenía al leer este me recordase al otro en cuanto a la manera que tiene la autora de hilvanar las palabras y relacionar sinestésicamente conceptos que a priori no tienen nada que ver, sino porque ambos consiguen bombear la dignidad humana de personajes condenados por su identidad desde el subsuelo hasta el cielo.

Pero Las malas es un libro muy diferente por más que se parezca.

A destacar

  • Autoficción
  • LGTBIQ+
  • Novela de formación

Para empezar estamos ante una autoficción en la que nuestra protagonista, Camila, nos cuenta su historia, cómo llegó a Córdoba, cómo empezó a ejercer la prostitución en una de las zonas rojas de la ciudad, un parque, y cómo fue adoptada por un grupo de travestis, comandadas por La Tía Encarna, que se cuidaban entre sí. Aquejada por un efecto Pigmalión de manual, su padre le había dicho desde bien pequeña que acabaría de puto arrojada en una zanja, descubre gracias a esa sororidad que todavía puede ser humana.
Con todo, el libro es desgarrador y a diferencia del de Lemebel, no nos narra una historia de amor, aunque no sea correspondido y se pueda encontrar una belleza triste. Aquí, Camila parece no tener derecho a él o, al menos eso cree ella después de que El Brillo, el niño rescatado por la Tia Encarna de una zanja le diga que nunca va a venir, Ellas no tienen derecho a una vida «normal» con amor o familia, ellas viven en los suburbios morales de lo que se acepta y si intentan encontrar acomodo en el afecto o en crear una familia dentro de lo considerado aceptable serán perseguidas, arrinconadas y, si puede ser, pisoteadas.
Lo dicho, un libro desgarrador que deja abierta alguna puerta pero que tapia todas las ventanas. Escrito con una sensibilidad asombrosa y un lenguaje lírico que alterna la suavidad y dulzura con la dureza y la amargura, con algún que otro golpe encima de la mesa en forma de sordidez, es un gozo leerlo. Aunque a veces sea una patada en el estómago.
Añado, como coda o corolario, la definición que da la Tía Encarna de su condición de travestis: transparentes y deslumbrantes. En los extremos de todo, nunca en equilibrio porque, claro, si el equilibrio dicen que es imposible para todos, ¿cómo será para ellas?

Sobre el autor

Camila Sosa Villada (La Falda, 28 de enero de 1982)1​ es una escritoraactriz y dramaturga transgénero argentina.23​ Su primera novela, Las malas (2019), sobre un grupo de travestis que ejercen la prostitución callejera en el Parque Sarmiento, se convirtió en un éxito crítico y de público y la catapultó a la fama, estableciéndola como una de las escritoras más originales de la literatura argentina contemporánea y de la literatura LGBT de Argentina.45​ Además, la obra obtuvo numerosos premios literarios, como el Sor Juana Inés de la Cruz, y fue traducida a los idiomas francésinglésalemáncroataitalianonoruegoportugués y sueco, entre otros.6


Más reseñas


Desatasco

Canetenovela

marzo 15, 2024| Blog|3 Minutes

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Desde la última vez que pasé por aquí, anunciando que retomaba la escritura, no había vuelto a escribir. Esto tiene varias causas. La principal es que se me acumuló trabajo y cuando me toca leer algún manuscrito (en esta ocasión dos bastante largos y en inglés) el seso se me concentra en una sola actividad. Por leer, no leo ni las lecturas de ocio que me ocupan la mayor parte del contenido del canal. Así que imaginad lo de escribir.

Es cierto que escribir una autoficción, al menos en mi caso, no me supone tanto gasto de recursos intelectuales. No tengo que estar focalizándome en la verosimilitud, en la profundidad de los personajes o en que la trama sea atractiva (bueno, quizá sí, pero no tanto). Pero aun así, había llegado a un punto en que me estaba entrando un miedo que no quería reconocer a no saber por dónde seguir. A no tener claras las decisiones narrativas que conducirían mi relato.

Desbloqueo

Por suerte, he conseguido esquivar el agobio, la ansiedad por no cumplir objetivos que yo mismo me he marcado. No me he culpabilizado por no cumplir el esquema mental que me había prefijado y no he sentido remordimientos por no continuar con la tarea autoasignada. Algo muy propio de estos días en que el neoliberalismo galopante incita a autoculpabilizarse por no obtener el éxito en los proyectos que uno acomete.

Y lo he conseguido porque llevo entrenándome en convencerme de que haré, con independencia de sus resultados, lo que quiera, como quiera y cuando quiera. Sin embargo, esto esta muy bien sobre papel (o pantalla), pero sigue pasando su peaje. Es imposible no esperar algo que esperas por más que intentes reducir los efectos activos de esa espera al máximo. Y, esta semana, pues, me ha entrado la bajona anímica.

Si se combina eso a lo de no saber por dónde tirar, ahí tienes el parón ya que una vez acabé el trabajo que me apartaba de escribir, todavía tuve que luchar con todas las sensaciónes bajoneras que tenía y desbloquear la inercia de no escribir.

Eso lo logré ayer y es un descanso.

Hoy continúo con el chute emocional de saber que es viernes y tener la perspectiva de un finde cojonudo por delante.


Insistimos

Canetenovela

febrero 28, 2024| Blog|4 Minutes

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Siempre, bueno, al menos desde que lo descubrí, porque no lo he sabido siempre, me ha sorprendido, incluso fascinado, la capacidad de algunos escritores para compaginar el trabajo con la escritura. Es decir, pasarse un mínimo de 8 horas en un trabajo convencional y luego ponerte a escribir una novela es, cuando menos encomiable.

Cuando empecé a escribir Máscaras allá por el 2011 tenía un trabajo convencional. Acudí por dos trimestres a una escuela de escritura pensando que me ayudaría con la novela que tenía entre manos. Acabé dejándola porque era más una clase de literatura que una de escritura creativa y no me ayudó mucho a escribir, la verdad.

También dejé Máscaras aparcada cuando llevaba unas 60 páginas de word porque mis capacidades intelectuales no me daban para combinar las dos actividades. Así que hasta que no me echaron y yo decidí dedicar la indemnización por despido improcedente y el paro a mantenerme mientras escribía que no continué.

Proyecto 5

Ahora no tengo un trabajo convencional y me permite poder concentrarme en la escritura cuando lo deseo. No me sustrae las capacidades intelectuales que necesito ni aplasta mi ánimo como me ha sucedido en el pasado con otros trabajos. Algo por lo que estoy inmensamente agradecido.

Sin embargo, lo que no he conseguido compaginar hasta ahora y creo que no lo lograré, aunque tampoco tengo por qué hacerlo, es todo este proceso que he ido narrando desde principios del año pasado hasta hace poco más de un mes: la publicación de una novela. No he conseguido nunca desligarme intelectualmente del trabajo que conlleva de la tarea que implica la escritura de una novela nueva. Es como si no tuviera espacio en el cerebro o que no pudiera disociarme para hacer dos tareas para mí tan importantes como lo son la edición y publicación (y de paso la recepción de la nueva obra) de la escritura. Y me sorprende hasta la admiración que lo puedan hacer aquellos autores que me merecen la pena.

Por eso hasta ahora no me he podido sentar a retomar la tarea de continuar con la escritura de la continuación de No es como la esperábamos. Colgué los guantes en agosto para dedicarme a vacacionar en todos los sentidos y, desde entonces, ni siquiera había vuelto a leer lo escrito ni a pensar en cómo iba a continuar.

Ahora en el constante cambio en el que todos vivimos y que quiero conferir a este blog, pretendo desviar su objetivo de relatar un proceso de edición a relatar un proceso de escritura. No sé cómo me irá, no sé cómo funcionará el asunto pero de cualquier manera, me apetece mucho llevarlo a cabo.

Así que ya he releído lo escrito. Me ha sorprendido la distancia que he tomado del texto, lo que había olvidado de lo escrito y el volumen que había alcanzado. Está claro que lo recordaba de otra manera. Y me ha gustado el contraste, no me he estancado, como dicen muchos que les pasa para hacerse los interesantes, para convertir la tarea de escribir en un mito y una gesta casi imposibles de acometer. No, lo siento, me ha gustado lo que he leído y me ha dado las pistas necesarias para saber por dónde seguir.

Así que nada, sigamos, ¿no?


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