diciembre 12, 2023| Reseñas|5 Minutes

Tenemos que hablar de Kevin

Lionel Shriver

Hace unos meses preparé para el canal de youtube un vídeo centrado en la voz narrativa en segunda persona. Siempre me han interesado no solo cómo están contadas las historias que leemos sino también quién te las cuenta. Para aquel vídeo cité varios ejemplos y entre ellos una novela epistolar, es decir, aquella que está compuesta de cartas que un personaje envía a otro hablándole de tú. En seguida y, gracias a los comentarios de seguidores que lo vieron, me brindaron varios ejemplos entre los que se encontraban este Tenemos que hablar de Kevin de Lionel Shriver. Si bien es cierto que esta novela se puede encuadrar en el género de novela epistolar, también se aleja de él en varios aspectos sin perder en ningún momento ese narrador en segunda persona y con un resultado fascinante. Pero, ¿por qué?

A destacar

  • Novela de personajes
  • Crítica al modo de vida americano
  • Crítica a la maternidad
  • Crítica a las armas

La voz omnipresente que llena las páginas de esta novela es la de su personaje principal, Eva, que bajo la excusa de escribirle cartas a su marido Franklin, describirá su vida juntos, las decisiones que tomaron en el pasado, por qué las tomaron, cómo les cambiaron la vida y cómo han llegado hasta el presente. Para ello cada capítulo, cada carta, transitará entre la memoria de la protagonista de hechos pasados y su vida diaria, cotidiana y poco extraordinaria si no fuera por las acciones de Kevin que, ya desde su presencia en el título, sabremos que juega un papel preponderante en la vida de ambos.

No quisiera extenderme en la anécdota de la novela a pesar de que ya en el primer capítulo se nos desvela, sin profundizar, qué es lo que hizo el tal Kevin porque solo serviría para centrar la atención en uno solo de los aspectos de este novelón que es literatura en mayúsculas.

Y lo es por el talento de Shriver que tiene una mano especial para profundizar en sus personajes, un humor subyacente al texto que oscila entre la negritud, el cinismo o la ironía y, a la vez, la valentía para meterse en jardines que no se suelen arreglar para que queden bien. Entre ellos, el de la maternidad y todo ese relato de lo que se supone que tiene de maravilloso. No, aquí alcanza rasgos de novela de terror sin que en ningún momento se rompa la verosimilitud. El lector está tan metido en el mundo de Eva, en su manera de pensar, en su mentalidad que cuando se desata la tragedia, está dispuesto a aceptarlo. Y no solo por los precedentes reales a toro pasado de lo que nos cuenta sino porque ha recorrido con ella todo el camino que, de las múltiples maneras que se tiene de llegar a un desenlace así, el que nos explica es completamente plausible. Y devastador, y abominable, y horriblemente cruel. Y, aun así, completamente fascinante.

Una novela que se toma su tiempo para desarrollarse sin que por eso se haga pesada o larga. No, si el lector alcanza la vibración de su ritmo y se armoniza, no podrá dejar de leerla. Guarda esa virtud que tienen pocas novelas de enganchar a sus lectores y no soltarlos, a pesar del posible agotamiento, hasta dejarlos bien vapuleados e hipnotizados ante lo que acaban de leer.

Sobre el autor

Lionel Shriver (nacida como Margaret Ann ShriverGastoniaCarolina del Norte18 de mayo de 1957) es una periodista y escritora estadounidense.1​ Su novela Tenemos que hablar de Kevin ganó el Premio de Ficción Femenina en 2005,2​ y fue llevada al cine seis años más tarde.3


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