Expectativas
Y ya llegó esa fase en la que a pesar de tener domadas las expectativas, hay que seguir manteniéndolas bajo control para que gestionar la frustración no se convierta en una tarea imposible. Estoy hablando del envío a las editoriales del manuscrito que hayas dado por válido.
Lo primero que hay que hacer es confeccionar una lista de editoriales a las que les pueda interesar tu manuscrito. Tendrás en cuenta, claro está, el género en que publiquen en términos de narrativa, ficción, no ficción, para ir hilando más fino hasta que el género de tu manuscrito encaje con la línea argumental de la editorial a la que lo envías. Está claro que lo puedes hacer al tún tún o a lo bestia y enviarlo a diestro y siniestro. Pero no tendrá mucho sentido, así por ejemplo, que si has escrito una ficción lo envíes a un sello editorial como Debate que desde hace cienes de años abandonó esas narrativas para dedicarse a la no ficción.
Por supuesto, si por lo que sea cuentas con contactos, aprovéchalos y envíalo sin pudor. Ellos están acostumbrados a eso (hay muchos editores que se quejan de que hacen eso, pero, chato, haberte dedicado a otra cosa o no lo pongas en tu perfil definitorio de redes sociales, que bien que te gusta decir que eres editor cuando las consecuencias son positivas pero no cuando te agobian… sopla y sorbe en otro sitio).
Por otro lado, descarto el envío a agencias. Muchas te querrán cobrar solo por leerlo y hacerte un informe de lectura… es la nueva moda. Ahora, si tienes colegas que son agentes, adelante. Aquí hay que probar suerte que hemos venido a jugar.

Ficha
Los editores están muy ocupados. En muchas cosas. Eso es un hecho. O lo era cuando lo he podido ver de primera mano o ha sido mi mano la que recibía manuscritos.
Por eso hay que facilitarles el trabajo en la medida de lo posible y acompañar tu manuscrito con una ficha. En ella, al menos yo, incluyo un resumen de los datos técnicos (título, autor, nº de pág/palabras, género), una breve sinopsis, palabras clave, argumentos de marketing y, lo que a mí me parece más importante: opiniones de lectores que ya la hayan leído. Opiniones positivas, se entiende…
Creo que es lo más importante porque es tan humano como inevitable tener en cuenta lo que dicen terceros acerca de lo que vas a leer, comer, ir a ver o lo que sea, como para desperdiciarlo. Otra cosa es que estés de acuerdo o se adapte o no a tus sesgos de confirmación. Pero siempre, tenderás a tenerlo en cuenta. Es como aquello de: no pienses en un elefante… tarde…
Entre muchos escritores nóveles existe la creencia de que es preferible enviar un índice, un fragmento del texto… etc. Y lo creen preferible por temas de seguridad. Como si la editorial les fuera a plagiar o algo así (que podría pasar, eh). Pero la editorial no se va a involucrar en un proyecto de un autor nobel (otra cosa es que tenga detrás un agente que les caliente los cascos en una feria, que ya sea un autor consagrado o algunas casuísticas más) con un fragmento. Perded cuidado, estáis cubiertos incluso si no registráis el manuscrito como propio en el registro. Mientras podáis demostrar que eso lo habéis escrito vosotros… (y yo he generado unos 100 documentos que prueban que lo escrito es mío).
Os copio las opiniones de lectores que he añadido en mi ficha:
«Una bonita pero cruda historia de amor repleta de escenas cómicas capaces de arrancarte la carcajada en cada situación hace las veces de cinturón de plomo de buceador para sumergirte en los recovecos y pormenores del mundo editorial a través de la trayectoria profesional de su protagonista descubriéndonos todo un universo de curiosidades y datos que se vuelven sorprendentemente, para un lego en la materia como yo, en muy interesantes.
Pero al igual que el romance, todo este periplo laboral no es más que una tapadera que proyecta un maremágnum de reflexiones sobre las relaciones, los compañeros de viaje, la actitud ante el mundo que te rodea, la amistad, el amor y al fin y al cabo la vida.
Todo regado con una narrativa tan fluida, casi hipnótica, que te cautiva desde la primera pagina”. XXX
«Llegué a esta autoficción después de haber leído la trilogía y el libro de relatos de César (buenísimo), por lo tanto, creí estar familiarizada con su escritura.
Lo que me encontré fue diferente a lo que me tenía acostumbrada. La ficción es ficción y esto, aunque también lo es, la historia bebe de las vivencias de una fuente muy concreta, su propia vida. En definitiva, me resultó super entretenido leer esta novela de autoficción
sobre la iniciación en el universo de la literatura de un, por aquel entonces futuro escritor, a partir de la más cruda realidad que parte de la industrialización del libro y de todos sus tejemanejes, entrelazada con una bonita historia sentimental de intereses compartidos alrededor del mundo de la palabra impresa en papel.” XXX
“Relato valiente en el que el autor desnuda sus sentimientos y emociones en una historia íntima, única y privada sabiendo o sin saber que en otro lugar y tiempo y con otros personajes es la misma que la del lector, que es universal. Es esto posiblemente lo que le hace adictivo, lo que te revuelve como lector tu propio pasado y tus propias experiencias y plantearte si tú también fuiste honesto con los demás y contigo mismo.” XXX
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Muy buena entrada César, me deja con ganas de leer «Nunca supe escribir».
Un abrazo!
Muchas gracias, Antonio!
Pero bueno, con Nunca supe escrivir no hice el recorrido del que hablo porque lo saqué directamente en Amazon.
Las opiniones que he puesto en el post son, en realidad, de la última novela inédita todavia…