Un momento de descanso
Antonio Orejudo
Antonio Orejudo fue el escritor invitado a la clausura del Máster de Edición de la Pompeu Fabra el año que yo lo cursé. Debieron invitarlo porque hacía poco había publicado libro, pero yo no lo conocía para nada. Recuerdo haberme sentido un tanto desilusionado por no conocerlo y, más aún, porque ya que traían a un escritor, pues qué menos que trajesen a alguno conocido o a alguno que me interesase a mí.

A destacar
- Es una novela de campus
- Autoficción con más ficción que biografía
- Por momentos esperpénticamente divertidísima
Imagino que en mi soberbia juvenil de estudiante, no podía concebir no conocer a un autor como Orejudo. Espero que con los años, la humildad que intento ejercer con constancia de hormiga que repite rutas a través de agujeros practicados en la pared con mucha torpeza y a pesar del exterminio del insecticida, haya conquistado esa soberbia juvenil. Espero ser más humilde o serlo por el simple hecho de reconocer ahora el haber tenido la gran suerte de que viniera Antonio Orejudo a la clausura del máster.
El caso es que a pesar de que no había leído nada de él y tampoco me pareció que fuera a ser un escritor que me interesase mucho, se me quedó en el radar a partir de entonces. Tanto es así que años después me pude agenciar una copia de Un momento de descanso y tanto es así que muchos años después de agenciarme esta copia, me he decidido a leerla y me la he leído hoy.
Desde que esta mañana he acabado el libro anterior y me he puesto con este no he parado más que para las necesarias pausas fisiológicas (incluye siesta). Pero lo he empezado en un orden erróneo al que el autor proyectó. He empezado por la segunda parte que se titula: «Cómo me hice escritor», he continuado por la primera («Aparece un fantasma») y he acabado por la tercera («La felicidad del hombre descansado»). Ha sido mi manera de darle una oportunidad y creo que he hecho bien, porque me ha fascinado lo que explicaba, cómo lo explicaba y la coincidencia con mi propia realidad actual y lo que yo estoy escribiendo.
Ha sido una experiencia soberbia. Una especie de autoficción con más fabulación que autobiografía (eso creo yo), ese humor de situaciones estrambóticas y verosímiles, esa novela de campus imaginativa y cojonuda que se ríe de todo cuando debe hacerlo, que se pone seria cuando debe hacerlo y que te deja un regusto agridulce porque trata grandes temas como si fueran pequeños y eso los hace más importantes. Y sobre todo porque entronca con una de mis obsesiones: la farsa en la que vivimos. Saco un fragmentito de un discurso de uno de los protas: «Lo alto es bajo, lo bajo es alto y los mejores han sido amordazados para que no denuncien con su severidad este carnaval perpetuo». Ironía en estado puro.
Ah, se me olvidaba, como apunte: me parece que es un libro que ha envejecido muy bien. Es de 2011 pero todo el alrededor tecnológico es exacto al actual. Tanto que ha habido momentos que me ha hecho dudar de que realmente fuera su año de publicación. Eso, o yo no recuerdo tan bien 2011.
Sobre el autor
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid. Doctorado en Estados Unidos (State University of New York at Stony Brook), país donde trabajó como profesor durante siete años. Investigador invitado en la Universidad de Ámsterdam, ejerció más tarde como profesor titular de Literatura Española en varias universidades españolas hasta establecerse en la Universidad de Almería como profesor de Literatura
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