Cada uno de su mater y de su pater

mayo 3, 2024| Blog|3 Minutes

Sorpresa

La semana pasada tuve la suerte de firmar en Sant Jordi en la parada de la librería Maite. No entraré en detalles de cómo fue, solo diré que fue fenomenal. Una experiencia reconfortante donde las haya.

Me quiero centrar en la casualidad. Es casual que una amiga que veo de tanto en tanto porque vive en otro país se pasara precisamente delante de la librería a la hora que yo firmara y me viera. Y es casual porque tampoco es que viva cerca de allí o supiese que yo firmara (no tiene redes sociales). No vino exprofeso a verme. Lo cual además de ser una sorpresa, fue de las agradables (como muchas de las cosas que están pasando con la publicación de No es como la esperábamos).

Por supuesto, habiéndose leído las novelas anteriores, no quiso desaprovechar la oportunidad de hacerse con No es como la esperábamos y que, además, se la firmase. Por lo cuál yo estaba encantado.

Reencuentros

Anoche quedamos para cenar, esta amiga, con el resto del mismo grupo que compartimos una experiencia inolvidable de hace 20 años y que nos mantiene, hoy día, en contacto y formando parte, con mayor o menor peso, más o menos tangencialmente, de la vida de unos y otros.

El caso es que ya se había leído la novela, le había gustado y, conociéndome, quería preguntarme ciertas cosas para ver si sus sospechas no iban desencaminadas. Algunas o iban otras no.

Pero no es eso en lo que me quiero centrar. Le pregunté si le había aburrido la línea argumental de la entrada en el mundo profesional, en el mundo editorial. Si creía que daba mucha o poca información, si le interesaba, si se lo hubiese saltado. Y me dijo que no, entre sorprendida y pensativa. No, eso no le había aburrido.

A mí, dado que muchos lectores sí me han dicho que esa parte no les interesaba, me dio por pensar que cada uno somos de nuestra madre y de nuestro padre, que para gustos colores y que la interpretación de cada uno acerca de lo que lee, lo que le interesa, lo que le gusta de lo leído, es suya. El autor no tiene nada que hacer una vez publica. Lo que haya escrito, pertenece al lector.

Es algo que ya sabía, pero me gustó comprobarlo de nuevo…

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