Repaso
Cada año, hago un pequeño repaso de cómo ha ido. En la última ocasión hace un par de días, no me veía yo muy ufano, pero decidí no saltármelo. El resultado, que no estaba nada planeado, guardó mucha relación con el proceso editorial o, al menos, con la autopublicación. Así que me he decidido a incorporarlo en esta bitácora.
Aquí lo tenéis:
He estado leyendo los repasos de años anteriores. Quizá para preparar este, quizá por, yo qué sé, esa nostalgia de ver cómo fueron años anteriores (olvidamos tan rápido que ver cómo te sentaron otros años parece un descubrimiento). El caso es que no ha sido muy inspiracional… sí, me gusta lo que escribo y cómo lo hago, no pertenezco a esa raza de escritores (si es que alguna vez me he reconocido como tal) a los que les gusta repudiarse –a través de repudiar lo que escriben– en cada ocasión para agrandar la figura marketiniana que les vende y que no son.
En realidad me doy cuenta de que este año ha estado muy centrado en la espera. Ni dulce espera ni leches, no penséis mal. En la espera de cosas que no están en mi mano pero o las quiero o las necesito o siento que son necesarias en un proceso que he instalado en mi cabeza. Me refiero, por supuesto, a publicar. Veo, después de leer la publicación de repaso del año pasado, que ya tenía un primer borrador de la novela que estoy a punto de publicar. Ha pasado un año y no está publicada todavía.
¿A qué he esperado?
A que pasase más de un mes para tratar de olvidar lo escrito y corregirla yo, «con ojos nuevos» leyéndola tres o cuatro o, incluso, cinco veces.
A que la leyeran lectores de mi confianza que, sin estar acostumbrados a este tipo de lecturas, me hicieron el favor, no sin mostrar cierta reticencia (qué pesao el tío este). Por suerte y, quizá porque me conocen, les encantó o, al menos, les pareció suficientemente interesante para acabarla y darme sus comentarios para mejorarla.
A que me contesten las editoriales a las que se la envié, tonto de mí, que, por supuesto. o no me contestaron o no la rechazaron o, lo que es peor, intentaron tangarme para que me metiera en un crowfunding y les alimentase sus proyectos con mis esperanzas.
A preparar, editar, la novela para que estuviera en forma y fondo disponible… quizá la parte más exigente a nivel psicológico porque es la que te supone reprimir con mayor fuerza las ansias de que ya esté porque tu parte ya está hecha.
En ese sentido, este año ha sido quizá el que más me ha enseñado a capear la frustración y a lidiar con las expectativas. Me ha enseñado que es imposible, al menos por mi parte, ser budista. Cercenar la esperanza y no estar a la expectativa de que suceda lo que tú quieres que pase es imposible. Así que la paciencia, la perseverancia y el empeño se han convertido en schwarzenegers en mí. Cosa buena, mira tú por donde.
También he descubierto o he aprendido (aunque eso está por ver, estoy en momento epifanía y del dicho al hecho hay un trecho) que hay que ponerse las pilas, que esperar está muy bien pero que hay que desacralizar eso de publicar… Estoy con la segunda parte de lo que voy a publicar en pausa a causa del proceso de edición que comento (la cabeza no me da para más) y he decidido que con esta no esperaré, que no la daré a leer a nadie antes, que no languideceré por que las editoriales me digan que no o me intenten tangar, que aprenderé maquetación para no cargar a otros ni con ese trabajo ni con mi anhelo por tener las cosas ya, que publicaré cuando yo quiera.

Afortunado
Y, quizá lo más importante de este 2023, que basta ya de esperar que las cosas sean como uno quiere… no lo son en política, no lo son en amigos, no lo son en pareja, no lo son en familia, no lo son en nada… ¿por qué empeñarse en que lo sean?
Haz, ve haciendo con lo que tienes…
Poco repaso a este 2023 he hecho, pero para concluir diré que no ha sido mal año aunque se hayan ido muchos, demasiados (lo peor).
Sigo pensando que soy una de las personas más afortunadas que conozco y cuando se me olvida, me lo repito. Espero no olvidarlo durante 2024, veremos como entra y como sigue y, con suerte, dentro de un año tendré algo más que decir que este pobre repaso de este… Tampoco pienso esperarlo, está claro que 2024 no va a ser un año de esperar…
Compartir