Cuento de hadas
Stephen King
Con una primera parte espectacular al más puro estilo King, con muchos de sus temas recurrentes y con su gran habilidad de cuenta cuentos (storyteller), este grandísimo autor nos brinda una historia que se desinfla en su segunda mitad.

A destacar
- Novela al más puro estilo King
- Los amantes de los animales las disfrutarán en especial
- Fantasía
Como decía, en esta historia se reúnen muchas de los leitmotives de King. Un personaje con un trauma por la muerte de un familiar que además ha experimentado el alcoholismo de otro, por ejemplo. Relaciones humanas cercanas, personajes de profunda psicología, pueblecitos pequeños, pequeñas comunidades. En fin, un montón de asuntos que le funcionan a él como escritor y a mí como su lector constante que piensa que, al menos, hay que leer un King al año.
Cuatro pinceladas: un chico huérfano de madre ayuda a un viejo misántropo gracias a la intercesión de una vieja pastor alemán de la que se enamora, Radar. A partir de ese momento, parece que de una manera altruista, nuestro protagonista, Charlie, ayudará al señor Bowditch en su recuperación y se irá adentrando en un mundo del que este viejo es su guardián.
No quiero explicar mucho de ese mundo del que Bowditch es guardián ni qué es lo que hace que Charlie decida adentrarse en él. No quiero hacer spoilers. Solo diré que en ese mundo impera la fantasía (desde nuestro punto de vista, claro), que está en decadencia y que Charlie tendrá que hacer algo para salvarlo.
No tengo ningún problema con la fantasía y a pesar de que no es mi género literario favorito, suelo leer bastante. Tanto por trabajo como por placer. Por eso estoy acostumbrado a todo tipo de mundos diferentes, seres extraños y situaciones anómalas, con magia o sin ella. Unos me funcionan más que otros ya sea por la pericia del autor al presentármelos, ya sea por mis propios sesgos que me permiten aceptar con mayor facilidad o menor las cosas más estrambóticas. Lo que solo le pido a una buena fantasía y no perdono si no la tiene, es verosimilitud. Ese mundo que nos presente el autor debe tener sus propias normas y seguir su propia lógica que, aunque nos sea esquiva en algún momento, pueda llegar a ser comprensible. De lo contrario, el castillo de naipes de mi credulidad se derrumbará y juzgaré esa fantasía, esa novela, como mediocre.
Y eso es lo que me ha pasado con esta segunda parte de Cuento de hadas. King no se molesta en explicar cómo funciona ese mundo (y en muchos momentos ni falta que hace). Y podría funcionar si no se empeñase en poner en situaciones extremas a sus protagonistas y sacarlos de ellas mediante múltiples deus ex machinas (recurso que no soporto y que achaco a escritores perezosos). Si fuese porque no tiene espacio para desarrollar un contexto u ofrecer soluciones, vale. Pero es que esta novela tiene una extensión de 850 páginas. Vamos, hombre! ¿De verdad no puedes dar mas de ti? No obligues a tus personajes a hacer lo que tu quieres que hagan, es de primero de escritor. Hazme el favor, esperaba más de ti.
En fin tengo muchos ejemplos concretos de esto que explico, pero no los voy a dar so pena de destripe.
A pesar de esta profunda decepción con esta segunda parte, no dejaré de leer a King. Ni aunque los dos últimos libros que he leído suyos, me hayan parecido una porquería. Una porquería de King es un trofeo de cualquier otro (el otro día escuché en la radio que se había subastado un coprolito de dinosaurio por 6 mill de dólares… quizá esto es lo que sucede aquí).
Sobre el autor
Stephen Edwin King (pronunciación: /ˈstiːvən ˈɛdwɪn ˈkɪŋ/) (Portland, Maine; 21 de septiembre de 1947), más conocido como Stephen King y ocasionalmente por su pseudónimo Richard Bachman, es un escritor estadounidense de novelas de terror, ficción sobrenatural, misterio, ciencia ficción y literatura fantástica. Sus libros han vendido más de 500 millones de ejemplares,1 y en su mayoría han sido adaptados al cine y a la televisión. Ha publicado 64 novelas, once colecciones de relatos y novelas cortas, y siete libros de no ficción, además de un guion cinematográfico, entre otras obras.
Compartir
Más reseñas
El imperio del vampiro
Jay Kristoff
La mujer fugitiva
Alicia Giménez Barlett
Peregrinos de la belleza
María Belmonte
La llamada
Leila Guerriero
Muy buena reseña César, todavía no he leído esta novela de nuestro mutuamente admirado King, me imagino que ocurrirá aunque no a corto plazo.
Un abrazo!
Muchas gracias, Antonio. Ya me dirás cuando la leas qué te parece y si ese parecer coincide con el mío o no.
Un abrazo!