La chica de al lado
Jack Ketchum
¡Horrible!Verdaderamente horrible. Pero no me entendáis mal, aunque sea yo el que busque el equívoco, esta es una novela fascinante. Fascinante en el grado en el que el horror lo es. Como cuando te quedas paralizado ante un accidente de coche o una situación de violencia en que no puedes apartar la mirada y la incredulidad y el shock toman las riendas de tu motricidad. Me va a ser muy difícil hablar de esta novela sin hacer destripes (voy a intentar siempre utilizar esta palabra en lugar de spoiler), pero lo voy a intentar.

A destacar
- Horror
- Inspirado en un caso real
- Abuso infantil y tortura
De Jack Ketchum, he leído anteriormente Perdición, pero no he hablado de él más que en shorts por lo que no hay un análisis muy concienzudo más allá de que me gustó sin entusiasmarme pero sí lo suficiente como para repetir. Me recomendaron continuar con esta novela y eso es lo que he hecho.
No sabía nada de ella así que me adentré en sus páginas con total ingenuidad y viendo poco a poco hacia donde iban los tiros:
-Años cincuenta en Estados Unidos.
-Grupo de niños en verano.
-Aparición de una niña que se convierte en la atracción del protagonista que es el que nos narra la historia en primera persona y evocando su pasado.
Entonces, a raíz de un comentario en otro short, até cabos y vi que estaba basado en un caso real del que tenía noticia gracias a un canal de youtube, el canal del crimen, que documenta casos reales. Este en cuestión y mira que ha tratado casos escabrosos y desagradables, me había dejado muy mal cuerpo y nunca he querido volver a verlo para no estimular mis desvelos. Dejaré el enlace al final de la reseña para quien quiera echarle un vistazo.
A pesar de saber lo que se venía, ya estaba tan enfrascado en la prosa austera y atrayente de Ketchum, en sus personajes y en cómo se iba desenvolviendo la trama que me vi completamente atrapado. Y sí, no es una experiencia para estómagos débiles. Cuando he querido describir la sensación al terminar en el mundo real he mencionado Requiem por un sueño de Aronofsky, es decir, una película que me fascinó, me incomodó y que me gustó, pero que no quiero volver a ver nunca más. Algo así me sucede con La chica de al lado de Jack Ketchum.
Ultimamente venía charlando con una amiga acerca de Tan poca vida de Hanya Yanagihara. Ella estaba a punto de ponerse a leerla y me preguntaba si yo lo había hecho. Le dije que no, pero que tampoco me apetecía nada dado que había leído mogollón de críticas acerca de ella por el porno emocional que cultiva. Mucha gente le achaca que busca de manera torticera atraer la atención y conseguir enganchar a través de un uso excesivo del melodrama y la tragedia. Y, la verdad, no me apetecía eso.
¿Por qué lo menciono? Porque aunque pueda parecer que La chica de al lado también lo hace pero en clave de gore y tortura y no de emoción, creo que sería muy superficial dejarlo ahí. Lo que más me ha fascinado de ella es cómo consigue responder a esa pregunta que nos hacemos todos cuando salta a la actualidad un crimen horrible: ¿cómo es posible que esto haya sucedido?
El recorrido que hace el protagonista de esta historia y al que el lector asiste y recorre con él permite la verosimilitud o la comprensión (en su acepción de comprender no de justificar) de lo que sucede en toda su horrible magnitud. O, mejor dicho, los pasos que han ido dando para que acabase consumándose la participación de los artífices en un crimen atroz y vejatorio y sus miles de torturas previas:
-Precedente: La existencia de un juego de niños perverso que había alcanzado cotas de sadismo alentadas por un personaje que no tiene límites discernibles debido al maltrato que sufre en casa. Esto me recuerda a una idea que plantearon en una asignatura: que los hermanos Mongolfier hicieran volar su globo en Paris pocos años antes de la revolución francesa sirvió de acicate para que el pueblo se levantara en armas y acabase con el antiguo régimen. Si el hombre puede volar, puede hacer cualquier cosa.
-Consentimiento: una figura adulta que permite, alienta y justifica a través de un supuesto beneficio bondadoso (lo hago por tu bien, por educarte) cualquier acción impensable para cualquier persona formada que no esté profundamente perturbada (no hay que olvidar que hablamos de un grupo de niños).
-La fascinación por el poder: tener a tu merced a «alguien» que no tiene ningún derecho y que no merece tu piedad. Puedes hacer lo que quieras porque con poder hacerlo queda justificado.
-La otredad o alteridad: convertir a una persona a través de la deshumanización en otro, en un trozo de carne que ni siente ni padece como yo y si lo hace lo merece porque no es como yo. Lo que hicieron los nazis, lo que hacen los fachas con la inmigración, lo que hacen los terfs con los transexuales, lo que hacen los machistas con las mujeres lo que se hace con otra persona igual a ti para justificar cualquier tipo de maltrato o violencia.
-La presión de grupo: el deseo de pertenencia a una comunidad es una de las características del animal político (como decía Aristóteles) que es el humano. De este deseo han salido las mejores cosas y las mayores barbaridades.
Así es como yo he podido continuar con la lectura de esta novela, recorriendo este camino y como su protagonista, en muchas ocasiones, mirando hacia otro lado y, por suerte, con la posibilidad de no tener que oír los gritos.
Olvidaba mencionar quizá la cosa más importante que consigue transmitir esta novela y es el papel de las víctimas. Sobre todo la que más sufre, consigue involucrarnos en su sufrimiento a través de su dignidad y su lucha y, consigue también, que nunca la veamos como la ven sus maltratadores. Nunca será un trozo de carne abyecto sino un ser humano que despierta la admiración y la empatía y que acaba por no estar sola, aunque sea porque la acompañamos los lectores.
Esta novela me ha, como decía, fascinado, pero también me ha removido, se me ha hecho difícil su lectura y si las escenas de maltrato hubiesen sido para con animales (mamíferos, porque sí se maltratan insectos y gusanos) no hubiese podido leerla, la hubiese dejado. Aun así, he sido una polilla y esta novela la luz a la que me he visto irremediablemente atraído.
¿Recomiendo su lectura? No como he recomendado otras sin reticencias. La recomiendo con todas las cautelas y para un público que esté preparado o prevenido.
Canal del crimen: GERTRUDE BANISZEWSKI – «EL ASESINATO DE SYLVIA LIKENS»: https://www.youtube.com/watch?v=ssmyHVG7xbo
Sobre el autor
Dallas William Mayr, más conocido por su pseudónimo Jack Ketchum (Livingston, Nueva Jersey; 10 de noviembre de 1946-Nueva York, 24 de enero de 2018), fue un guionista y escritor de terror estadounidense.
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