Estamos ante las aventuras el infatigable viajero espacial Ijon Tichy que narrará durante la primera parte de este libro sus diferentes viajes de una manera lineal pero no consecutiva. O no siempre. Durante la segunda parte, tendremos cinco relatos agrupados en lo que el autor llama memorias.

Por eso, creo que es más adecuado tildar esta novela como libro de relatos cuyo hilo conductor es nuestro protagonista absoluto, Tichy. En este sentido, me parece curioso porque estoy acostumbrado a que la ciencia ficción de viajes o aventuras espaciales los protagonistas o personajes sean varios o sea una tripulación. Incluso alguna pareja viajera. Pero en este caso, más allá de los personajes secundarios con los que interactúa Tichy, solo le tenemos a él o a varios Ticky.

Porque sí, una de los recursos que mejor utiliza Lem es precisamente las paradojas espaciotemporales o los viajes en el tiempo. De esta manera, Tichy puede llegar a interactuar con muchos otros Tichys o, incluso, puede llegar a manipular la historia de la humanidad en el pasado.

Y aquí una de las cosas que más me ha gustado de este libro de relatos es cómo maneja el humor. La ironía, el sarcasmo, la parodia, las situaciones extremas, parece que Lem sabe tocar todos los palos de una buena historia humorística y todos los toca bien. Pondré de ejemplo como riza el rizo para conseguir que lo parodiado se convierte en el referente: que el Quijote hubiese sido antes que las novelas de caballería o que la vida de Brian engendrara la historia de Jesús de Nazaret.

Un libro sublime, divertido, rico y original que se disfruta tanto como lector de ciencia ficción avezado como lego. Una maravilla…